Lo que menos necesita ahora Pablo Casado es tener una crisis territorial. Y el portazo de Xavier García Albiol podría provocarla. La renovación de liderazgos nunca ha sido fácil en el PP catalán –sus militantes no han olvidado la imagen de Montserrat Nebrera saliendo en hombros en el congreso de 2008 tras presentar batalla a Alicia Sánchez-Camacho, que ganó in extremis--. Génova puso orden, como ahora lo hará el flamante presidente del PP, que pretendía esperar hasta después de las elecciones municipales para abordar los relevos regionales. Casado exigirá consenso y eso pasa por un pacto entre el diputado del Parlament Alejandro Fernández, que parte como favorito para liderar el PPC, y la exministra de Sanidad Dolors Montserrat.
Tal como explicó Crónica Global, Casado pretende apuntalar bien su liderazgo, también en el ámbito territorial. Acaba de empezar y, por eso, el caso Albiol se le ha atravesado. El hasta ahora presidente del PPC quiere centrarse en su candidatura a la alcaldía de Badalona, que una vez gobernó. Una alianza de izquierdas le impidió revalidar en 2015 y ahora está convencido de que puede ganar. Por eso ha pedido a Casado la celebración de un congreso extraordinario para designar a su sustituto. Abandona el escaño y abre la pugna por su sucesión. Los nombres de Alejandro Fernández y Dolors Montserrat suenan desde hace tiempo.
Casado quiere a Montserrat en Madrid
La espantada de Albiol ha sorprendido a Montserrat en Madrid, donde ejerce de portavoz del PP en el Congreso. Y allí la quiere Casado, pues la catalana se ha convertido en una de sus personas de confianza. Curiosamente, fue Fernández quien apoyó a Casado en las primarias, mientras que Montserrat apostó por María Dolores de Cospedal. “Si el congreso para sustituir a Albiol se hubiera celebrado dentro de un año, Montserrat podía aspirar a ello. Pero ahora Génova la quiere en el Congreso”, explican fuentes populares.
Esta situación allana el camino a Fernández, muy querido dentro del partido y cuya labor como portavoz en la Cámara catalana –está considerado como uno de los mejores parlamentarios— siempre ha sido muy reconocida.
Pero el sector que apoya a Montserrat es muy amplio. De ahí que Fernández vaya a tener que incorporar a su equipo a dirigentes afines a la exministra, que en tiempos de Mariano Rajoy había ganado influencia como transmisora de lo que estaba ocurriendo en Cataluña.