El catalanismo quiere sacar la cabeza. Pero no para recordar lo que hizo, y la tradición política que ha representado, ni para lamerse las heridas. El presidente de Lliures, Antoni Fernández Teixidó, ha reclamado en la cuarta conferencia del partido, que todo el catalanismo, con diferentes sensibilidades, tome conciencia y constituya “un frente” que sea capaz de ganar al independentismo en las urnas, no en las ideas ni en los papeles de revistas políticas, sino con los votos.
Teixidó había preparado la cuarta conferencia de Lliures con ese objetivo, y el resto de fuerzas políticas de ese catalanismo que se ha visto marginado en los últimos años, y que se ha considerado muerto y enterrado asumió el reto. Con el Parlament sumido en un caso, con la suspensión del pleno, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y el dirigente de Units per Avançar y diputado en el grupo socialista, Ramon Espadaler, no pudieron dirigirse a la militancia de Lliures. Pero lo hicieron Salvador Illa y Jordi Cerezuela, el secretario de organización del PSC, y el dirigente de Units per Avançar, respectivamente. Y el compromiso fue explícito.
Contra "la revolución"
Illa aseguró que ese catalanismo debe “coordinarse e ir juntos”, mientras que Cerezuela reclamó participar en ese frente para ganar al independentismo, que sólo tiene ahora un camino. A juicio de Teixidó, el independentismo se ve en la tesitura de la ruptura, de la “revolución”, con el peligro, “ya se ha producido”, de erosionar las instituciones.
Con el auditorio del World Trade Center de Barcelona abarrotado, el propósito de Lliures se cumplió: iniciar un camino, lleno de dificultades, que logre que todo el catalanismo, con un rechazo claro al independentismo, sepa organizarse. ¿Cómo? “Eso ahora no lo sabemos, ya se verá, pero debemos hacerlo, con votos, con diputados”, aseguró Teixidó, calculando, medio en broma medio en serio el número de escaños que se podría conseguir.
La ley como límite
Teixidó estuvo arropado, además de por Illa y Cerezuela, por Mario Romeo, el portavoz de Portes Obertes al Catalanismo, que ha realizado un trabajo durante los dos últimos años en la misma línea, coordinando a ex democristiamos, ex diputados del PP, y socialistas para establecer un diagnóstico común. Y la conclusión es clara, defendida por Lliures con convicción: el independentismo debe perder en las urnas, como la única manera de encontrar una solución al bloqueo político e institucional que vive Cataluña. La pérdida de unos 300.000 votos en ese bloque sería el pistoletazo de salida para un nuevo ciclo político.
En la cuarta conferencia de Lliures también participó Montserrat Nebrera, ex diputada del PP, y el notario Juan José López Burniol, que reivindicó el catalanismo, el de siempre, para apostar por un proyecto no independentista que sepa incardinar, de nuevo, Cataluña en España, con una exigencia común para todos: “La palabra como instrumento, la ley como límite, y la política, como el encargo” .
Urnas, votos
Teixidó insistió en que ya no se trata de buenas palabras, o de demostrar que se tiene la razón: “lo que decíamos ha pasado, con unas instituciones erosionadas, con un presidente que pide a los CDR que apreten, con un movimiento que sabe que sólo tiene un camino, el cuanto peor, mejor, pero de lo que se trata es de ganar, de vencer en las urnas, para iniciar otro camino”.
Lliures confía en que, a partir de ahora, con el diagnóstico compartido, con la complicidad del PSC y de Units per Avançar y de personalidades que forman parte de esa tradición, se reciba un mayor impulso por parte de la sociedad civil. El partido asegura que está preparado para las elecciones que toquen, con la mirada puesta en el Parlament. Y prepara también las municipales, con una cierta sintonía con Manuel Valls, aunque una posible participación en las listas “ya llegará”.