Lo ha vuelto a hacer. Quim Torra lo dio todo por el procesismo, pero no concretó ninguna medida para paliar el paro, las listas de espera o la pobreza infantil. Eso sí, agradeció a los funcionarios de la Generalitat su labor durante la aplicación del artículo 155 de la Constitución, pero sin comprometerse a pagar los atrasos.
El Debate de Política General que se celebra en el Parlament –una especie de estado de la nación a la catalana— sirve para que el presidente de la Generalitat explique su acción de gobierno para que los grupos de la oposición puedan fiscalizar su trabajo e incluso pactar resoluciones sobre política social. Pero Torra dedicó ayer buena parte de su intervención de arranque de la sesión al proceso independentista y lanzar un ultimátum al presidente español, Pedro Sánchez.
Paro, menores extranjeros, residencias...
Pasó de puntillas sobre cuestiones importantes como el paro, que afecta a 380.000 catalanes; las listas de espera en sanidad; las ayudas a la dependencia que no llegan; la falta de plazas de residencia; el 28% de pobreza infantil o la pernoctación de menores extranjeros en las comisarías. No concretó ninguna medida.
Torra dijo que se debe dar prioridad al fomento de la igualdad y la lucha contra la violencia machista, aunque las partidas destinadas a estas políticas, tal como publicó Crónica Global, se han recortado un 31% desde 2010.
En este sentido, el presidente de la Generalitat es reincidente. Ni en su discurso de investidura ni en el plan de gobierno presentado a los medios de comunicación –lo hizo antes de explicarlo a los grupos parlamentarios— ha dado detalles de su hoja de ruta en materia social.
Respecto a los trabajadores públicos, se limitó a darles una palmadita en la espalda, aunque en realidad eso le sirvió de coartada para hablar de la aplicación del 155. Sobre sus derechos y los retrasos pendientes, nada.