Carles Puigdemont responde a las ofertas de entendimiento político a Pedro Sánchez con la propuesta de un referéndum pactado en el que “Europa” haga de mediadora en unas negociaciones que deberían ser discretas.
El expresidente catalán, que hoy presenta su libro La crisi catalana. Una oportunitat per Europa, cree que lo más importante es dialogar con el Gobierno español para organizar una consulta pactada, y sugiere el nombre del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, como posible intermediario. También considera que el Barça debería tener un papel importante en la internacionalización del procés.
Sin fechas
En el caso de que esa salida no funcione, opta por la unilateralidad, aunque no se compromete en fechas. Pero considera que ahora le toca hablar al Gobierno español, "ser creativo", dado que el nacionalismo catalán ya ha hecho diferentes propuestas. Y apela a la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia a propósito de Kosovo en la que, dice, se reconoce el derecho de todos los pueblos a autodeterminarse.
El libro es un resumen de conversaciones con un periodista belga, Olivier Mouton, que ha sido editado por La Campana. Y en él cuenta sus últimas experiencias, como los contactos indirectos –Iñigo Urkullu, Miquel Iceta, entre otros-- con el Gobierno español para convocar elecciones y evitar la declaración unilateral de independencia (DUI). La negativa de Madrid a comprometerse a no aplicar el artículo 155 de la Constitución y la división dentro de su partido le animaron a proclamar la independencia.
Recuerdos de la huida
Explica las horas posteriores y cómo la noche del 29 de octubre se marchó en coche hacia Bruselas, cruzando Francia y Luxemburgo. Habla de su encarcelamiento en Alemania, donde la primera impresión fue la de volver a la infancia, cuando vivía en un internado y cómo los primeros días tenía que estar 23 horas en la celda.
Dice que se ha instalado en Waterloo porque es una localidad tranquila y hasta en dos ocasiones hace referencia a la guerra sucia de España contra los GAL, para argumentar que él debe estar protegido en todo momento.
Se siente amenazado
“Alguien adosó una baliza bajo la carrocería de los coches que utilizábamos. De la misma manera, podrían poner un explosivo. ¿Hay que recordar que España hizo la guerra sucia contra ETA?”, recuerda.
Puigdemont asegura que no tiene vocación política. “No aspiro a tener ningún papel en el futuro. Lo que quiero es volver a mi normalidad tan pronto como sea posible y recuperar el máximo de libertad posible. (...) Cuando la solución se haya normalizado no quiero seguir haciendo política”.