Los Presupuestos Generales del Estado penden de un hilo, pero no es descartable que Pedro Sánchez logre su objetivo de sacarlos adelante. El presidente del Gobierno español dio este miércoles el primer paso evitando que el PP bloqueara su tramitación en el Senado, gracias a una argucia legal muy criticada por populares y Ciudadanos. Los socialistas contarían, a priori, con el respaldo de Podemos y, probablemente, del PNV para aprobarlos. Pero, para alcanzar la mayoría, necesitará los votos de los nacionalistas catalanes. Algo que PDeCAT y ERC mantienen en máximo suspenso, según se desprende de las palabras de Joan Tardà y Pere Aragonès.

Sin embargo, hay síntomas de que dicho acuerdo podría alcanzarse. Uno de los más significativos llega desde el Palau de la Generalitat, donde el presidente Quim Torra evita dar un portazo a su homólogo en el Gobierno español.

"Los presos no serán moneda de cambio"

Torra está a la expectativa de ver cómo se desarrollan los acontecimientos en las "semanas decisivas" que se avecinan, con un octubre que se prevé caliente con el inicio de los plenos en el Parlament, donde los grupos independentistas (Junts per Catalunya, ERC y la CUP) se resisten a sustituir a los seis diputados suspendidos por el juez Llarena. Y también por las conmemoraciones del primer aniversario del referéndum ilegal del 1-O. El president tiene claras sus líneas rojas -entre ellas, no utilizar a los dirigentes independentistas encarcelados "como moneda de cambio"-, aunque evita dar un 'no' rotundo a apoyar a los Presupuestos de Sánchez.

Torra se toma con cautela la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, y se limita a responder con un escueto "ahora no es el tema", cuando se le pregunta al respecto. "Este mes de octubre para mí es esencial para saber dónde vamos a estar. Finalizado este mes, seguramente tendremos muchos más puntos de análisis", ha explicado en una entrevista a EFE.

"Me someteré a la decisión del Parlament"

El presidente de la Generalitat se muestra tajante al destacar que no le ha solicitado a Pedro Sánchez que medie para que la Fiscalía cambie la calificación del delito de rebelión y pida la absolución de los lídres independentistas procesados. Torra rechaza "negociar sobre los presos políticos", ya que ellos mismos le pidieron que no los use como "moneda de cambio de nada".



En cualquier caso, el president también ha subrayado que, si finalmente hubiera condenas por el procés, sería en el Parlament -con mayoría independentista- donde se tomarán "las decisiones que fuesen necesarias". Las medidas que se adopten, ha añadido, deberán ser "colectivas y de país". Y "el Parlament deberá tomar una decisión colectiva a la que me someteré", ha afirmado.

"Llegaré hasta el final, hasta las últimas consecuencias"

Al ser preguntado sobre si dimitiría o convocaría él mismo elecciones en caso de que se produzcan sentencias condenatorias, ha destacado que "nunca antepondré circunstancias personales a lo que tiene que ser una decisión de país. Y esa decisión la llevaré hasta el final y hasta las últimas consecuencias", ha advertido.



Torra considera que la causa del procés debería "archivarse". Y ha exigido a la Fiscalía que "reconozca que todo esto fue un montaje y por lo tanto pida la absolución y el archivo".

Por último, ha explicado que él mismo "podría estar ahora en prisión" ya que, en caso de haber estado en el lugar del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, ante la concentración del 20 de septiembre de hace un año frente a la Consejería de Economía, él "habría hecho lo mismo". Que es "defender la causa de la independencia de Cataluña pacífica y democráticamente".