La justicia de Bélgica analizará el próximo 25 de septiembre la demanda independentista contra el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, el instructor de la causa del referéndum. Así se ha decidido en la vista que ha tenido lugar este martes en la que estaba previsto fijar el calendario para analizar la cuestión.
La vista ha tenido lugar en la misma sala, donde estaban presentes los abogados del expresidente catalán, Carles Puigdemont, y los otros cuatro exconsejeros huidos de la justicia y los defensores. El bufete que ha contratado el Estado ha pedido que el asunto sea analizado por un tribunal de tres jueces por la “excepcionalidad” de la causa.
Acusación del independentismo
La audiencia preliminar era un mero trámite. Se debía marcar el calendario del procedimiento, sin analizar el fondo de la cuestión. Ambas partes han avanzado que se espera un litigio largo que parte de una demanda que se ha demostrado que tiene incorrecciones en la traducción de las palabras del magistrado. De hecho, la acusación ha presentado este martes otra declaración jurada en que se subsanan los problemas. Los secesionistas buscan que la justicia de Bélgica acuse al magistrado del Supremo de falta de parcialidad por las declaraciones que ha realizado sobre la causa que instruye.
Le reclaman una compensación económica fijada en un euro. La cantidad es absolutamente simbólica, ya que el objetivo final es demostrar su tesis de que la falta de parcialidad del juez. Un extremo que ha sido negado de frente por parte de la judicatura y que ha puesto de nuevo en un brete las relaciones entre ambos países por la inviolabilidad de los magistrados.
Causa larga
Según avanza El País, es casi imposible la inadmisión de la demanda. Reconocen que están abocados a un caso con una resolución que vaya de por largo. Los abogados de ambas partes ya han tenido contacto antes de la vista. Se conocen de ambos y tienen buena relación.
El equipo legal de Puigdemont, encabezado por Paul Bekaert, ha contratado a Christophe Marchand. El Gobierno cuenta con los servicios de Hakim Boularbah como defensor de Llarena.