El PP ha exigido al Gobierno "una inmediata solución" para poner fin al sindicato de trabajadoras del sexo aprobado por el Ministerio de Trabajo. Algo que califican de un error "muy grave" y que se debe, a su parecer, a una falta de competencia y "atención" del Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez.
Los populares han criticado duramente a la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio quien reconoció que le habían metido "un gol por la escuadra" después de que se aprobará la creación del sindicato de las trabajadoras del sexo. Tras ello, la portavoz, Isabel Celaá, anunció en el Consejo de Ministros que se impugnará la constitución de este sindicato por "la vía más rápida".
"Me parece vergonzoso que no sepa lo que pasa en su propio Ministerio. Las consecuencias de este hecho pueden ser importantes, su reversión complicada y nos preocupa que los ministros no se enteren de lo que hacen. Es el colmo", han manifestado desde el PP.
Sin obstáculos para la creación de burdeles
Asimismo, desde el PP lamentan que los socialistsas hayan reformado el Código Penal que llevo a cabo el PSOE en 1995 para despenalizar la prostitución voluntaria. Los poupulares crean que se facilita la creación de clubs de carretera y pisos ilegales donde las mujeres ejercen "supuestamente" de forma consentida.
Además, sostienen que la legalización de la prostitución no debe producirse porque el 90% de las mujeres que ejercen en España son víctimas de trata. Pese a que muchos piden la legalización de este oficio para mejorar el control sanitario de estas mujeres y sus lugares de trabajo, los populares critican que esta idea "no propugna el mismo tipo de control sobre los clientes" que reciben las mujeres.
Igual que la venta de órganos
Según el PP, la prostitución "atenta contra la dignidad de las mujeres" y ninguna mujer ejerce la prostitución si tiene la posibilidad de realizar otra actividad económica. Así, señala que las mujeres españolas abandonaron la prostitución en la década de los 90 con la bonanza económica, siendo su lugar ocupado desde entonces por mujeres extranjeras, muchas veces "explotadas por proxenetas o chulos", lo cual, recuerdan, sí es ilegal. "Ninguna mujer que ejerce la prostitución desea el ejercicio de esta actividad para sus hijas", agregan.
Por último, argumentan que la prostitución supone desigualdad entre los hombres y mujeres, ya que no promueve "relaciones libremente consentidas, igualitarias y sin violencia".