El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, han participado esta mañana en una acción de retirada de lazos amarillos del espacio público en la localidad de Alella (Barcelona). Los dirigentes de la formación naranja han querido mostrar de esta forma su apoyo a los ciudadanos que quitan símbolos independentistas de las calles de Cataluña y que ahora están en el punto de mira de los Mossos d'Esquadra.
Rivera ha señalado, en declaraciones posteriores a esta acción que no existirá una convivencia real "hasta que no haya neutralidad en el espacio público". Por ello ha hecho un llamamiento al presidente de la Generalitat, Quim Torra, para que retire los lazos amarillos del espacio público y lo ha acusado de provocar un enfrentamiento en la sociedad catalana.
Aplausos y abucheos
Durante el paseo para retirar lazos amarillos, Rivera y Arrimadas han estado acompañado por varios cargos electos del partido así como un grupo de afiliados y simpatizantes. Mientras quitaban los lazos del mobiliario público, bolsa de basura en mano, los dirigentes políticos han recibido aplausos y abucheos de algunos transeúntes. De hecho, varios vecinos de la localidad han vuelto a colocar los símbolos minutos después de que los líderes de Cs los retiraran delante de los medios de comunicación.
Asimismo, mientras Rivera realizaba declaraciones a la prensa, algunos transeúntes le han increpado con gritos como "no sois bienvenidos aquí", "fascistas" y "vete a Madrid", a lo que Rivera ha respondido: "Es nuestra casa, si no os gusta idos vosotros".
Pasividad de la Administración catalana y central
Por su parte, Inés Arrimadas ha explicado que la actuación que han llevado a cabo en las calles de Alella es la forma de contrarrestar la pasividad de la administración pública, que debiera ser la encargada de "limpiar el espacio público de simbología partidista que solo representa a una parte de la sociedad".
Con esta afirmación, los líderes de Ciudadanos han querido señalar tanto a la Generalitat como al Gobierno de Pedro Sánchez, que debería garantizar, en última instancia, la neutralidad de la vía pública según Arrimadas y Rivera.