El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha explicado la madrugada de este miércoles (hora española) que el Valle de los Caídos será un simple cementerio civil tras la exhumación de los restos del dictador. De este modo, los socialistas renuncian a transformar la tumba de Franco en un museo de la memoria colectiva tal y como reclamaban en una proposición de ley que presentaron a finales de 2017.
La iniciativa fue vetada por el Gobierno de Mariano Rajoy e implicaba el desembolso de más de 200 millones de euros. Fue también la conclusión a la que llegó la comisión de expertos que puso en marcha el anterior presidente socialista, José Luís Rodríguez Zapatero, sobre la transformación de este espacio polémico que fue construido como un homenaje a los franquistas. De hecho, los actuales planes del Ejecutivo pasan por mantener la actual Basílica que custodia una abadía de monjes benedictinos.
Mueso de la Memoria
Sánchez ha afirmado desde Bolivia, donde continúa su gira por Latinoamérica, que este giro se motiva por las dificultades de una reasignación del Valle de los Caídos. "No puede ser un lugar que se deba resignificar, no puede ser un lugar de reconciliación. Tiene que ser un lugar de reposo, un cementerio civil para las víctimas de la contienda y el franquismo”, ha asegurado en rueda de prensa.
El PSOE prefiere crear en otro lugar el museo de la Memoria. El presidente ha explicado que este nuevo enclave debería ser a imagen y semejanza al que se ha erigido en Santiago de Chile dedicado al golpe de Estado contra Salvador Allende y las víctimas de la represión de la dictadura de Augusto Pinochet.
Comisión de la verdad
Según su punto de vista, Chile está más avanzado que España en abordar los crímenes de su particular periodo oscuro. También en línea a las medidas para recuperar la memoria histórica del país latinoamericano, el PSOE pondrá en marcha la llamada “comisión de la verdad”. Un espacio de diálogo que sí formaba parte de esa proposición que los socialistas impulsaron hace tan sólo unos meses.
Quiere esclarecer las violaciones de derechos humanos en esta época y reconocer las responsabilidades de aquellos que participaron en esos crímenes de lesa humanidad y de guerra. El objetivo es que esta comisión debe ser “lo más plural posible, incorpore todas las perspectivas históricas sobre la Guerra Civil y la dictadura” para que de “una vez por todas, se cierren esas heridas”.
Memoria histórica
El presidente indica que en este ámbito se deberá “acordar una versión del país” de lo que aconteció durante la contienda y los 40 años de franquismo que le siguieran. El relato en el que se reconozca abiertamente los crímenes contra la humanidad.
Pero las políticas a favor de la memoria histórica que impulsa el PSOE empiezan con la exhumación de los restos del dictador. El decreto ley que se aprobó en el Consejo de Ministros del pasado viernes y que ahora se debe tramitar. Sánchez ha manifestado desde Bolivia que esta propuesta abre un debate amplio que aborda desde dónde trasladar la tumba de Franco hasta decidir el enclave del nuevo museo. La apuesta de los socialistas es crear un edificio a estos efectos, una propuesta arquitectónica específica.
Exhumación del dictador
En cuanto a la exhumación, el presidente ha reconocido en una conversación informal con la prensa que pensaba que sería una tarea más sencilla de lo que finalmente ha resultado. Hecho que atribuye a la “inexperiencia” del nuevo Ejecutivo.
Ha remarcado que la apertura de la tumba se puede posponer hasta finales de año. Se dilatan los plazos, pero la voluntad del Gobierno se mantiene inalterable: “Ninguna democracia puede rendir tributo a un dictador”, ha sentenciado.