Una patrulla policial para cubrir 25 incidentes en una sola tarde en Barcelona. En estas condiciones han trabajado los Mossos d’Esquadra este verano. Y así lo denunciaron a finales de julio. La falta de recursos se ha convertido en una reivindicación endémica de los sindicatos de la Policía Autonómica, especialmente en lo que respecta a la ciudades del área metropolitana como Cornellà del Llobregat, donde un individuo, cuchillo en mano, asaltó ayer una comisaría de Mossos al grito de “Alá es grande”.
A finales de julio, el Sindicat Autònom de Policia (SAP-FEPOL) –mayoritario en este cuerpo policial-- volvía a advertir de la falta de medios e impulsaba la campaña #sotamínims (bajo mínimos). Lo hacía en vísperas del primer aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils y días después de que otra plataforma sindical, la Unión Sindical de la Policía Autonómica de Cataluña (USPAC) plantará al consejero de Interior, Miquel Buch, en una reunión, por su negativa a "ofrecer una negociación colectiva real para la recuperación de derechos" de los Mossos.
Goteo de bajas
Esa campaña estaba muy centrada en la falta de recursos en ciudades de la conurbación metropolitana. Según explica a Crónica Global el portavoz de SAP-FEPOL, Valentín Anadón, la conurbación barcelonesa es la que más sufre los efectos de la falta generalizada de agentes. Anadón cifra en 1.500 el número de mossos necesarios para toda Cataluña. El goteo de bajas registradas en la Policía Autonómica –excedencias, jubilaciones o incapacidades— dispara esas carencias.
En la ciudad de Barcelona están pendientes de construir dos comisarías. “En julio, distritos donde solo se disponía de un coche realizando labores de seguridad ciudadana, se registró una media de entre 20 y 25 incidentes por turno de tarde”, aseguraba este sindicato, que califica de “inasumible” estas cifras. “Afortunadamente –añadía--, esa patrulla no se encontró en una situación donde la integridad física de los mossos corría peligro porque, en caso de ser así, ¿quién les hubiera dado apoyo?”. Anadón resume: "Sin efectivos no podemos garantizar la seguridad pública ni la de nuestros compañeros".
El ejemplo más elocuente de esa carencia de medios es el hecho de que, durante el atentado del 17 de agosto de 2017, no había ninguna patrulla de Mossos en La Rambla. En este sentido, los sindicatos echan en falta más formación sobre terrorismo yihadista.
Que los mossos destinados en el área metropolitana lleven la misma indumentaria y las mismas botas que los equipos de montaña está lejos de ser una anécdota.