Los actos oficiales en homenaje a las víctimas del doble atentado terrorista del 17A en Barcelona y Cambrils se ha visto empañado en su tramo final por una pelea entre independentistas y constitucionalistas. Los hechos han tenido lugar en plaza Cataluña cuando las autoridades habían abandonado el lugar.
El choque, en el que se ha llegado a las manos, ha tenido lugar cuando varios participantes de la manifestación convocada por los CDR han podido llegar hasta el centro de la capital catalana. Habían convocado una contramanifestación en las Ramblas a la que se ha unido la CUP para mostrar su rechazo a la participación de los reyes en la conmemoración. Esta protesta silenciosa ha concluido oficialmente ante el Gran Teatro del Liceu, pero un grupo de participantes ha decidido continuar para intentar llegar hasta el homenaje oficial.
Intervención de los Mossos
En un primer momento se han topado con un cordón policial. Los Mossos d’Esquadra les han impedido de entrada continuar su trayecto hasta la plaza, cuestión que ha propiciado que los independentistas les insultaran. Pero pasados unos minutos, y ante la sorpresa de los presentes, han decidido retirar la contención.
Una patrulla de agentes han continuado con este grupo hasta que han llegado al lugar en el que minutos antes había terminado el acto oficial del 17A. Ha sido allí cuando se ha producido el encontronazo con un grupo de participantes que defendían la unidad de España.
Momentos de tensión
Se han vivido momentos de tensión que han culminado con la pelea que se ha vivido en la plaza. Varias unidades de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra han tenido que actuar para que los golpes no fueran a más. Han separado a los dos grupos y han desplegado de nuevo un cordón policial. De este modo, la pugna entre los independentistas y los constitucionalistas ha continuado a gritos.
Los agentes catalanes también han protegido de los independentistas radicales a algunos políticos en su salida de la plaza. Como la comitiva del PP, con Pablo Casado al frente, que se han dirigido hasta el mosaico de Joan Miró para realizar su propia ofrenda floral.