Las calles del centro de Barcelona se están convirtiendo en un auténtico infierno durante este mes de agosto. A los episodios de violencia callejera que se han ido produciendo estas últimas semanas, hay que sumar la persistencia de la problemática ya endémica de la suciedad que invade la ciudad.
Esta adversidad genera un gran malestar entre los vecinos de Barcelona, tal y como muestra el último barómetro del Centre d’Estudis Sociològics elaborado para Metrópoli Abierta. El estudio refleja que los barceloneses consideran la suciedad como uno de los grandes problemas por resolver del actual gobierno municipal. En concreto, el 32,9% de los ciudadanos que perciben un empeoramiento de la ciudad citan la falta de limpieza de las calles como el principal motivo de su incomodidad.
Problema endémico
Un paseo por los diferentes barrios del distrito de Ciutat Vella permiten entender el hartazgo de los vecinos, que recurren exasperados a denunciar la falta de higiene en las redes sociales para desahogarse.
Papeleras desbordadas, acumulación de bolsas de basura en los callejones, papeles y plástico haciendo acto de presencia en las aceras, restos de botellón y colillas en las playas… Barcelona se ha convertido en una especie de vertedero urbano en algunos de sus puntos más céntricos y transitados.
Basuras desbordadas en el Gòtic
Carlos, vecino del Raval y codirector del proyecto El Otro Gato del Raval, da cuenta del día a día en el barrio durante estas intempestivas jornadas de agosto: “Hay una mayor suciedad en los meses de verano porque es indudable que hay una mayor presencia de personas en la ciudad. Y sobre todo porque hay mucho incivismo”, relata.
Carlos apunta directamente al comportamiento de los turistas en la vía pública, debido en gran parte a la impunidad que sienten para llevar a cabo estas actitudes incívicas.
Inseguridad y miedo
Preguntado sobre la evolución del barrio en los últimos años, asegura que "en 2010 podías caminar por la calle solo", pero "desde hace tiempo" sienten "miedo". Hace un año que no salimos por la noche, y si lo hacemos no transitamos por determinadas zonas del barrio", relata Carlos, que sobre todo está preocupado por la inseguridad y la presencia de narcopisos en el Raval.
El estado de deterioro y dejadez de algunas calles de Barcelona es difícilmente cuestionable. De hecho, los propios vecinos han tenido que asumir las tareas que teóricamente competen a las administraciones públicas en el mantenimiento de la limpieza y el orden en la vía pública.
Acumulación de basura en el centro de Barcelona
Organización de los vecinos
Así lo expresa la plataforma Fem Gòtic en Twitter, donde asegura que se han tenido que “organizar para empezar a hacer frente” a problemas como “los captadores de coffee shops, la suciedad de las calles y contenedores, el ruido, los nuevos bares y terrazas de tablaos flamencos, los tuc-tucs, o los narcopisos”, por citar algunos ejemplos.
También en la Barceloneta diversos voluntarios se reúnen cada dos o tres semanas para recoger los residuos que invaden la arena de las playas. Latas, plásticos, preservativos, compresas y muchas colillas son algunos de los objetos que recogen estos voluntarios ante la falta de limpieza de las playas por parte del consistorio.
Suciedad en el la zona marítima de la ciudad
Medidas del ayuntamiento
Ante este panorama, el ayuntamiento presentó la semana pasada una nueva medida para tratar de mantener más limpias las calles del centro de la ciudad y de Ciutat Vella. El equipo municipal ha contratado a 27 personas vinculadas al barrio para reforzar la limpieza y el mantenimiento del espacio público y de los equipamientos municipales del distrito en verano.
Gala Pin, concejal de Ciutat Vella, valoraba los planes de empleo como "una buena solución" ante la necesidad de reforzar el servicio de limpieza por el incremento estacional de visitantes en el centro de Barcelona.
Una visión que algunos vecinos no comparten con la concejal. Jorge, residente del barrio Gòtic desde hace seis años, se muestra escéptico sobre estas medidas, y explica que apenas ha notado diferencia esta semana con la brigada de refuerzo. "Lo peor llega por la noche, cuando la gente se siente completamente libre para tirar una lata de cerveza al suelo o para mearse en los portales. La solución no pasa únicamente por recoger la basura, sino por penalizar a aquellos que tratan la calle como un vertedero", señala, visiblemente molesto por el aspecto de la ciudad.
El polvorín contra Trias
La situación, por otra parte, no es nada nueva en este distrito. En verano de 2014, con Xavier Trias al frente del ayuntamiento, la Barceloneta era un auténtico polvorín por la masificación turística que sufría el barrio.
Ello conllevó la creación de la plataforma La Barceloneta diu Prou, que consiguió situar los efectos negativos del turismo en el debate mediático y político. Por aquel entonces Ada Colau se encontraba inmersa en la creación de su nuevo partido para conquistar la alcaldía.
Pendientes del macrocontrato de basuras
La entonces activista aprovechó la ocasión para desgastar al gobierno municipal convergente, y trató de apropiarse de las protestas vecinales con la incorporación de Gala Pin a su equipo. Su triunfo en las elecciones trajo un cierto optimismo a los barrios del centro, ya que Colau había hecho suya la bandera de la lucha contra los excesos del turismo. No obstante, la situación apenas ha cambiado desde que Gala Pin entró en el gobierno municipal, y el sentimiento de desesperación ha vuelto a apoderarse de los vecinos del distrito.
Ciutat Vella, hasta arriba de residuos
Mientras la basura se acumula a diario en las calles de Barcelona, a la alcaldesa todavía le falta por resolver el frente más importante sobre la recogida de residuos: aprobar el macrocontrato de basuras –el actual vence a finales de año– que ha tenido que retirar del pleno hasta en dos ocasiones por falta de consenso con la oposición.