Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Pedro Sánchez, apuesta por unir el nuevo impuesto al diésel a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019. De hecho, ha revelado que el Ejecutivo ya está trabajando en un borrador sobre la nueva fiscalidad de este combustible, vinculado a la transición ecológica, que acompañará a la presentación de los nuevos presupuestos.
Además de esta medida fiscal al diésel, la ministra ha destacado otras que también vendrán de la mano de las nuevas cuentas estatales. Las apuestas del Gobierno que competen al ministerio de Maroto se enfocan, primordialmente, en medidas a favor de la digitalización, la actividad comercial y el turismo.
Impacto en el precio
El nuevo impuesto al carburante supondría aumentar diez céntimos más el gravamen del gasóleo, lo que repercutirá positivamente en las arcas públicas que verán disparadas su recaudación teniendo en cuenta el alto número de coches diésel del parque español -- solo en los primeros seis meses de 2018, se han matriculado cerca de 300.000 turismos propulsados por gasóleo en España--.
Esta subida impactará en el precio del diésel de cara al cliente, que vería igualado el coste de esto con el de la gasolina. La letra pequeña de la nueva fiscalidad aún no se ha fijado, aunque el plazo se acorta cada día más ya que el Ejecutivo tiene hasta el 30 de septiembre para presentar el proyecto de PGE. Así, el impuesto entraría en vigor el año que viene siempre que los presupuestos se aprueben.
Trabajar con el sector automovilístico
El impuesto al diésel que quiere poner en marcha Maroto cuenta con una amplia oposición del sector automovilístico. Sobre todo desde las “poco acertadas” declaraciones de Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, en las que aseguraba que el diésel tenía "los días contados". Algunas patronales, empresas y expertos aseguran que es “inviable” pretender que los coches de carburantes diésel “desaparezcan” del parque de coches español.
El Ejecutivo lo sabe y, por ello, la ministra Maroto ha señalado que la nueva fiscalidad se analizará junto con el sector del automóvil, con el fin de llegar a un "buen impuesto" que marque la hoja de ruta hacia la reducción de las emisiones.