La CUP, partido que lleva como lema “Independència, Socialisme i Feminisme”, ha movido ficha para combatir los abusos y las agresiones sexuales cometidas en el seno de su organización.
La formación anticapitalista ha informado a sus afiliados a través de un correo electrónico que a partir de agosto cobrará una tasa de 0,75 euros mensuales a sus militantes masculinos para abordar los gastos que conlleva la lucha contra las múltiples agresiones machistas protagonizadas por sus miembros. Algunas han sido denunciadas de forma interna por parte de mujeres del entorno de la Esquerra Independentista –espacio que agrupa a la CUP y a sus organizaciones afines–.
Una liberada para abordar las agresiones
Los antisistema especifican que el dinero que se obtenga a partir de esta cuota “se destinará a cubrir parte del coste laboral de liberar a una persona”, que se encargará de abordar todas las cuestiones relacionadas con las agresiones machistas que se han producido y que se puedan producir dentro de la organización.
En el correo oficial de la CUP –al que ha tenido acceso Crónica Global– aparece uno de los textos aprobados en su primera Assemblea Nacional de Dones, celebrada en junio pasado en Sant Pere de Ribes (Barcelona). En el mismo figuran los motivos por los cuales debían ser los hombres en exclusiva quienes pagaran esta cuota:
“Consideramos que no tendría que recaer sobre las mujeres la asunción de los costes de contratación de una persona, ya que la mayor parte de su dedicación irá destinada a gestionar casos de agresiones machistas que no son generadas por las mujeres de la organización, sino que somos mayoritariamente nosotras las que las sufrimos.”
Protocolo de gestión de agresiones
Por otra parte, el texto aprobado en esta asamblea –donde únicamente podían participar mujeres– aclaraba frente a las dudas de algunos militantes que “esta medida no quiere decir que todos los hombres de la organización sean agresores". "La medida es un pequeño paso –que ha de ir de la mano de muchos otros– para hacer partícipes y responsabilizar a los hombres de la organización para hacer prevención, para revisar nuestras prácticas militantes y personales, para hacer nuestra organización más feminista y no quedarnos sólo en declaraciones y posicionamientos públicos.”
La celebración de esta asamblea, en la que se impulsó un protocolo para determinar cómo gestionar las agresiones machistas de dentro de la organización, da cuenta de la gravedad y la seriedad del asunto.
La importancia de la huelga feminista
Cabe recordar que en las semanas previas a la huelga feminista del 8 de marzo, diversas mujeres decidieron utilizar las redes sociales para visibilizar agresiones o abusos sexuales de diferente índole que habían sufrido y que han quedado completamente impunes.
Entre los muchos mensajes que se vertieron esos días en la red, se encontraron algunos en los que se señalaba a militantes de la CUP, de Arran y de personas vinculadas a los Casals y Ateneus –puntos de reunión habituales de los antisistema– como presuntos agresores.
Denuncias contra músicos
Incluso un grupo de mujeres hizo un fotomontaje de un cartel original de la CUP para señalar públicamente a los dirigentes de los radicales antisistema como encubridores de los agresores sexuales.
En el cartel aparecían los rostros de los exdiputados David Fernández y Quim Arrufat; el cantante y militante de la CUP de Sabadell Pau Llonch; el alcalde de Argentona, Eudald Calvo; o el cantante de Ítaca Band Albert Martínez, quien arrastra una antigua acusación de agresión sexual y por la cual su grupo ha sufrido un intenso boicot en diversos conciertos.
De hecho, han sido precisamente los cantantes y músicos de diversos grupos cercanos a la izquierda independentista los que más denuncias han recibido por agresiones sexistas, al menos de las que han trascendido en Twitter.