Los abogados de Carles Puigdemont comienzan a ver las cosas de forma muy distinta. Las grietas han aparecido entre los defensores de las causas del expresident por lo que le ha pasado a Pablo Llarena este fin de semana, por perseguir al juez tras conocer que cenó con políticos en Palafrugell, en el Empordà. Se trata de la abogada de la defensa de Puigdemont ante Naciones Unidas, Neus Torbisco, que fue quien alertó en Twitter sobre la cena, logrando un retuit del propio Puigdemont e incitando con ello las acciones de los CDR locales contra Llarena, y el abogado del expresidente Jaume Alonso Cuevillas, que ha reprochado por completo esas actitudes.

Cuevillas, por tanto, estaría censurando al propio Puigdemont, quien, con su potencial en las redes sociales, aireó el comentario de Neus Torbisco y provocó que una docena de independentistas le siguieran hasta el coche y le comenzaran a gritar: “las calles serán siempre nuestras”.

Denuncias ante la ONU

Todo comenzó con el comentario de Torbisco, que lleva la defensa de Puigdemont y otros encausados por el 1-O ante Nacionales Unidas, con el objetivo de que se “respeten los derechos políticos”, y puedan ejercer de candidatos y de diputados en el Parlament. Torbisco consideró que no había independencia judicial: “¿Independencia judicial? Inimaginable que un juez instructor del Tribunal Supremo en Alemania (comparándolo con España), cenando con un líder político (en ese momento se difundió que era Jorge Fernández Díaz, luego se supo que era su hermano, el concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz) que es parte en una disputa judicial tan crucial. Que no dude Llarena que su descarada parcialidad la denunciaremos en las causas en el ONU”.

Tras esos comentarios, el eco por parte de Puigdemont y de todos sus seguidores, los CDR locales se movilización, y se presentaron en las inmediaciones del restaurante, el Can Cou-Cou, en Mont-ras (Girona), a menos de dos kilómetros del centro de Palafrugell, donde, justamente, horas antes se había celebrado, (en la noche del sábado) un concierto por la libertad de Jordi Sànchez, que incluía una cena de bocadillo de butifarra por diez euros.

Inaceptable

Cuevillas, ante lo que estaba pasando, una especie de escrache contra Llarena, reaccionó con contundencia, advirtiendo de entrada que su posición podría no gustar a parte del independentismo.

“He criticado (y recurrido) con contundencia las resoluciones del magistrado Llarena, pero encuentro inaceptable que se le increpe a la salida de una cena privada. Puede cenar con quien quiera, cuando quiera y donde quiera. Lamento si a alguien le disgusta este tuit”.

En los próximos días, por tanto, debería haber alguna unificación de criterios entre los abogados de Puigdemont, después de que él mismo haya tomado parte, incitando a esos comités de defensa de la república, los CDR, que actúan con rapidez y contundencia.