El diputado de la CUP Carles Riera en una rueda de prensa en el Parlament / EFE

El diputado de la CUP Carles Riera en una rueda de prensa en el Parlament / EFE

Política

La CUP teme que la comisión bilateral apacigüe el conflicto

El diputado Carles Riera sostiene que esta reunión es “inútil, innecesaria y engañosa”

29 julio, 2018 11:31

La CUP solo tiene en mente el llamado “derecho a la autodeterminación” y la independencia, y eso es, a su parecer, el “único” punto que tendría que tener el “diálogo” con el Gobierno. Por eso teme la comisión bilateral Generalitat-Estado, que se reunirá esta semana, siete años después. El diputado antisistema Carles Riera dice de esta reunión que es “inútil, innecesaria y engañosa”.

Riera sospecha que esta comisión trata sobre el desarrollo autonómico. Por ello, dice que es “negativo, desde JxCat, ERC y el Govern, seguir levantando expectativas en la ciudadanía catalana sobre que en la bilateralidad y el diálogo con el Estado hay posibilidad de encontrar una solución, centrada en la autodeterminación y la república”.

"Error político enorme"

Para Riera es un “error político enorme, porque supone tener a la gente engañada con expectativas falsas”, ya que con el Estado solo se puede hablar del desarrollo y despliegue autonómico, es decir, de la tercera vía, según el diputado, que considera que no es lo que quieren los catalanes que salieron a la calle el 1-O y el 3 de octubre, en el paro de país.

Cree que, en el mejor de los casos, de esa reunión puede salir una propuesta que pueda llevar a una transición a una mejora autonómica y a un referéndum, “pero en torno a una Constitución y a un nuevo Estatut de autonomía”. Así, observa dos “amenazas”: una paralización del conflicto y una “traición” de los líderes.

Movilización ciudadana

Para el cupaire, “el gran peligro de estas bilaterales es que no sirvan para nada; que sirvan para engañar a la gente haciéndoles creer que se hablará de cosas que es imposible que se hablen o para encubrir una operación de Estado para una nueva reforma autonómica”. Por todo ello, llama a la movilización y captar la atención internacional.

En esa comisión, no obstante, el Govern pondrá sobre la mesa la celebración de un referéndum bajo la fórmula de defender los “derechos y libertades en Cataluña, en relación con las vías de participación democrática de los ciudadanos catalanes para decidir su futuro”. Pero Riera no tiene ninguna confianza en que el PSOE se avenga a ello.

Sànchez: referéndum o referéndum

Precisamente sobre un “referéndum efectivo” se ha referido Jordi Sànchez (JxCat) desde prisión, en una entrevista con Ara. “Hay que asumir que el referéndum de autodeterminación continúa siendo la única salida para superar la crisis política y la única puerta democrática para entrar en la república”, ha dicho.

Eso sí, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya reconocido la situación en Catalunya como una cuestión política, lo que ve como “un paso muy importante, valiente, pero insuficiente”. Un nuevo Estatut “no puede ser nunca la solución”.

Iceta: no se negocia

Por su parte, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, confía en que la comisión bilateral sirva para crear grupos de trabajo entre la Generalitat y el Estado que aborden distintos temas y diseñen “acuerdos concretos” de futuro.

En este sentido, advierte de que “no habrá acuerdo” ni con el referéndum ni con los políticos presos. En cambio, el orden del día incluye financiación, infraestructuras, educación y explorar las vías para desbloquear las leyes sociales que el Parlament aprobó en la pasada legislatura y que el Gobierno del PP impugnó ante el Constitucional.

Reforma constitucional

Iceta plantea que haya “una reforma en paralelo del Estatut y la Constitución”: sostiene que si hay que ensanchar el alcance del Estatut no puede hacerse sobre el vacío, sino sobre una reforma constitucional que encaje las dos reformas.

Recuerda que es una propuesta de un grupo de catedráticos liderados por Santiago Muñoz Machado, y pide a los partidos catalanes que vayan tejiendo un consenso interno, ya que una reforma estatutaria de este calado necesita el aval de dos tercios del Parlament. Rechaza, finalmente, elecciones catalanas en otoño.