Hartos. Aunque Ernest Maragall lleva poco tiempo como consejero de Acción Exterior de la Generalitat, su actividad es frenética. Y los cónsules en Barcelona están hartos de la presión que ejerce para que se pongan al servicio de la causa independentista del Govern, y vayan contra el Gobierno español, contra España, ante la situación de los políticos presos y los políticos que decidieron salir de España y se consideran “exiliados”.
La incomodidad fue notoria en el encuentro que mantuvieron con el presidente Quim Torra y el consejero Ernest Maragall este martes. El enfado con Torra es grande, según apuntan fuentes conocedoras de la situación, pero existe una especie de acuerdo no escrito según el cual mantendrán la cortesía necesaria para no abrir una polémica que no beneficia a nadie.
El mensaje de Kremer
Torra defendió el derecho de autodeterminación en el encuentro con los cónsules y señaló que España tiene carencias graves con la democracia. Llegó a decir que “la democracia está amenazada en Cataluña”, y que el “derecho de autodeterminación es esencial”. “Nunca nos rendiremos”, sentenció, ante la perplejidad de los cónsules.
Uno de ellos, el cónsul honorífico en Cataluña de los Países Bajos, Dirk Kremer, decidió abandonar el salón Sant Jordi de la Generalitat donde se celebraba el acto. Torra insistía en que “nueve demócratas honorables y pacíficos están encerrados en la cárcel, y se vive una persecución de los derechos y de las libertades”. Era demasiado para Kremer.
Cortesía institucional
El problema que denuncia el cuerpo consultar, sin embargo, no se centra tanto en Torra como en Ernest Maragall, que, según las fuentes consultadas, pide a los cónsules “día sí, y día también” que formulen declaraciones contra España.
El acto fue "una especie de funeral, con caras largas" y una gran “profesionalidad” del cuerpo consular para mantener esa cortesía que se han obligado mantener con el presidente Torra. El consenso que se ha establecido, aunque algunos puedan expresar su discrepancia de forma más notoria como lo hizo el cónsul de los Países Bajos, Dirk Kremer, pasa por esa “cortesía institucional”, pero teniendo claro que defenderán los intereses del Estado español.
Causa catalana
Maragall, sin embargo, insistirá. Ese es su cometido, y al que se dedicará en los próximos meses todo el Gobierno catalán, aunque por ahora la “causa catalana”, es decir, la causa independentista, no cuente con ningún apoyo por parte de ningún Estado, como ha admitido el expresidente Carles Puigdemont en Berlín.
De hecho, Maragall quiere que la celebración de un posible referéndum de autodeterminación figure en el orden del día de la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat que se celebrará la próxima semana en Barcelona. No habrá acto o declaración en la que no se incluya esa petición, como una muestra de que se quiere mantener la tensión con el Estado, justo cuando se acerque el juicio a los políticos presos y se celebren las conmemoraciones del 1 de octubre, del 3 de octubre y del 27 de octubre, cuando se aprobó la declaración de independencia en el Parlament.