En apenas tres días las cosas han cambiado para el Gobierno de Pedro Sánchez. El nuevo equilibrio interno del PDeCAT, con la apropiación por parte de Carles Puigdemont del partido, endurece la oposición de los ocho diputados independentistas. La portavoz del Ejecutivo español, Isabel Celaá, ha considerado este martes que la convocatoria electoral ya no es tan descartable como hace unas semanas. Sánchez es consciente de su debilidad parlamentaria, pero desea llegar al frente del Gobierno hasta, por lo menos, las elecciones municipales de junio de 2019. Ahora, Celaá señala que “nadie va a resistir más allá de lo razonable”.
La portavoz del Gobierno ha añadido que “nadie está pensando en ello”, pero, por primera vez, aparece en el horizonte una nueva convocatoria electoral, tal y como, de hecho, reclamaba la vieja guardia socialista cuando Sánchez ganó la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Techo de gasto
Una de las medidas más importantes que se votará esta misma semana es el techo de gasto, imprescindible para elaborar los presupuestos de 2019. El Gobierno esperaba contar con todos los apoyos que recibió en la moción de censura. Mientras los independentistas de ERC quieren llegar a un acuerdo, está por ver ahora la actitud del PDeCAT, que podría bloquear esa votación, con la mirada puesta, precisamente, en unas elecciones que compliquen las cosas al PSOE.
Puigdemont aseguró a la dirección del PDeCAT, ahora defenestrada, con Marta Pascal al frente, que para su defensa personal la moción de censura a Rajoy no había sido una buena noticia.
El cambio en el PP
Fue Pascal y su equipo, junto a los diputados en el Congreso, los que presionaron y decidieron votar a favor de Sánchez, en contra de la posición de Puigdemont.
El Gobierno de Sánchez es consciente de que se abre una nueva etapa, con el cambio en el PDeCAT y en el PP, bajo el liderazgo ahora de Pablo Casado. Se prefiere esperar y alargar todo lo que se pueda la legislatura, pero ya se intuye que podría haber un adelanto electoral en los próximos meses.