Pasillos vacíos, caras largas, desánimo… La sede central del PP catalán, situada en la calle Urgell de Barcelona, destila estos días parálisis pero, sobre todo, abatimiento. Llueve sobre mojado. Al tremendo revés electoral sufrido el pasado 21D, que relegó al PP al grupo mixto al obtener solo cuatro diputados, se sumó después la moción de censura socialista contra Mariano Rajoy y las primarias celebradas para sustituir al líder nacional del partido. Es precisamente esta votación interna la que ha hecho aflorar las antiguas rencillas y disputas internas del PPC, un partido ahora mismo sin nadie que asuma el mando. Todo ello a solo nueve meses de unas elecciones municipales. Si es que no hay adelanto autonómico.
Todos dan por hecho el regreso de Xavier García Albiol al Ayuntamiento de Badalona, lo que obliga a buscar a un nuevo presidente y candidato a la presidencia de la Generalitat. Dos sectores pugnan por el relevo. Por un lado, el de Dolors Montserrat, exministra de Sanidad. Por otro, Alejandro Fernández, portavoz en el Parlament. La primera acredita experiencia de gobierno y capacidad para ejerce el mando. El segundo es considerado un excelente gestor con influencia territorial. Ninguno de ellos se postula, pero el foco de la militancia está centrado en ellos.
Santamaría 'versus' Casado
La segunda vuelta de las primarias serán determinantes en el futuro del PP catalán. Como se sabe, han quedado finalistas Soraya Saénz de Santamaría y Pablo Casado. Se especula con la posibilidad de que Casado pacte con María Dolores de Cospedal, que también presentó candidatura, pero quedó eliminada tras la primera votación. Montserrat apoyó explícitamente a Cospedal, mientras que Fernández se posicionó con Casado, quien arrasó en Cataluña.
Santamaría cuenta con pocos respaldos en Cataluña, entre ellos el de Enric Millo, exdelegado del Gobierno en Cataluña. Su “operación diálogo” fracasó, avalando así la tesis de un sector importante del PPC de que el Gobierno de Rajoy nunca entendió nada de lo que ocurría en esta comunidad. Albiol, más identificado con Cospedal, pedía más dureza. La misma que ahora encarna Casado frente a Santamaría.
El PPC debe esperar a que se celebre el congreso nacional del PP, del que saldrá el futuro o futura líder del partido, por lo que se calcula que el cónclave de los populares catalanes podría celebrarse en octubre o noviembre. En el caso de que se convocaran elecciones en Cataluña, todo se precipitaría.
Si bien es cierto que el batacazo electoral ha recortado mucho el margen de maniobra, lo cierto es que en las últimas dos legislaturas, el grupo parlamentario se ha caracterizado por tener “muchos generales y pocos indios”. Mientras Andrea Levy compaginaba la vicesecretaria de Estudios y Programas en Génova con el cargo de diputada, Santi Rodríguez –secretario general del PPC— y Alejandro Fernández compaginaban las tareas parlamentarias con la acción territorial.
Alberto Fernández, el único que ya se ha movilizado
Pero en los últimos meses, muy convulsos todo hay que decirlo, esa labor de contacto con las agrupaciones locales ha perdido intensidad. “Estamos a nueve meses de las elecciones municipales y todavía no se ha definido una estrategia. Albiol en Badalona y Manuel Reyes en Castelldefels tienen posibilidades, pero no hay cauces de comunicación”, explican fuentes populares.
Curiosamente, el único dirigente municipal que ha comenzado a movilizarse es Alberto Fernández, líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. Todavía no ha confirmado si repetirá como candidato, pero Fernández, inició el jueves la "electoralización" del partido para preparar las elecciones municipales de 2019.
Fernández ha manifestado que el PP barcelonés no puede esperar más y debe empezar a "muscular" y engrasar su maquinaria interna.