El Tribunal Supremo no admitirá la extradición del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, solo por el delito de malversación, tal y como ha decidido el tribunal regional de Schleswig-Holstein.
Según ha avanzado El Mundo, el juez Pablo Llarena solo aceptaría la entrega de Puigdemont si esta incluye la posibilidad de juzgarle también por rebelión, como ocurre con el resto de encarcelados por el intento de secesión unilateral.
Retirar la euroorden o acudir a la justicia de la UE
Llarena maneja dos opciones. La primera sería la retirada de la euroorden y su comunicación a la justicia alemana.
La segunda pasaría por trasladar el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y, si tampoco recibiera el amparo esperado, retirar la euroorden.
20 años hasta su prescripción
En cualquier caso, la decisión adoptada hoy por el tribunal alemán descarta la entrega del expresidente autonómico catalán a España por un delito de rebelión y, con ello, elimina la posibilidad de que sea juzgado por ese delito, al menos de momento.
Cabe destacar que, si el Supremo rechaza la entrega, Puigdemont permanecería en libertad pero con la amenaza de ser detenido y puesto a disposición de la justicia en cuanto regrese a España --u otro país lo extradite por rebelión-- hasta que el delito prescriba dentro de 20 años.
Cumplir condena y detenerlo tras 45 días
Por otra parte, la legislación sobre reconocimiento mutuo de resoluciones penales en la UE (Ley 23/2014) impediría al Tribunal Supremo juzgar a un reclamado por un delito distinto a aquellos por los que lo entrega el país en el que ha sido detenido, aunque contiene una salvaguarda para hacerlo en el futuro.
Primero debería cumplir su condena por malversación en el caso de que le fuera impuesta y, una vez recuperada la libertad, se le podría juzgar por otros delitos distintos a los que justificaron la extradición si pasa 45 días en territorio nacional o si sale al extranjero y regresa.