Quim Torra ya se ha reunido con el presidente español Pedro Sánchez en la Moncloa. Ambos han posado ante los medios de comunicación antes de este encuentro, que ha levantado una gran expectación mediática pues se produce tras el referéndum del 1-O, la declaración unilateral de independencia, la aplicación del 155 y el encarcelamiento de los políticos secesionistas. Y también tras la moción de censura presentada por el PSOE contra Mariano Rajoy. Torra ha regalado a Sánchez dos libros, uno sobre el Aran y otro sobre mapas de Cataluña, y una botella de ratafía.
El encuentro supone el desbloqueo de las relaciones entre Generalitat y Ejecutivo nacional. Estaba previsto que se hablara de todo, según han explicado ambas partes, pero la insistencia del Govern en plantear el derecho a la autodeterminación hace prever pocos avances. El Ejecutivo socialista ha dejado claro que ese derecho no existe en la Constitución española.
La reunión se prevé larga y, además de los temas estrictamente identitarios, sobre la mesa está la nueva financiación autonómica, las inversiones pendientes en Cataluña --6.0000 millones adeuda el Ejecutivo, según la Generalitat-- y la retirada de los recursos presentados en su día por el PP ante el Tribunal Constitucional (TC) contra leyes catalanas. No obstante, el encuentro entre ambos mandatarios se produce después de que haya sido el propio consejo de ministros de Sánchez el que yaha impugnado ante el Alto Tribunal la moción aprobada el pasado jueves en el Parlament que revalida la declaración de soberanía del 9 de noviembre de 2015 suspendida por el TC. El Govern asegira que solo se trata de una declaración de intenciones políticas.
Torra manifestó en sede parlamentaria su deseo de que, en septiembre, sea Sánchez, quien acuda al Palau de la Generalitat.