“Es la persona que más conoce Cataluña”, aseguraba Enric Millo para justificar su apoyo a la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría a liderar el PP. Al exdelegado del Gobierno en Cataluña no se le puede negar lealtad a la que fue número dos del Ejecutivo de Mariano Rajoy y que nunca pisó el despacho habilitado en la calle Mallorca para solemnizar la llamada Operación diálogo.
El proyecto, consistente en ofrecer la cara más amable de un PP dividido entre los fieles a Santamaría y los “duros” de María Dolores de Cospedal, no pudo evitar la celebración del referéndum del 1 de octubre, primero, y la aprobación de una declaración unilateral de independencia (DUI) después. Luego vendría la aplicación del artículo 155.
Santamaría y Millo / PEPE FARRUQO
Todo ello bajo el mandato de Millo, que solo ha podido ocupar durante año y medio la “casa del gobernador”, una torre propiedad del Estado situada en el barrio de Pedralbes. ¡Pero qué año y medio! Los detractores de Millo aseguran que no supo prever la dimensión del 1-O. Quizá porque el propio Rajoy había asegurado por activa y por pasiva que no habría referéndum. “Pocos días antes, cuando se le preguntaba a Millo sobre lo que ocurriría ese domingo, respondía: "No va a pasar nada, la gente se va a ir a la playa".
Bronca con Pérez de los Cobos
"El resultado fue una improvisada intervención policial”, aseguran fuentes conocedoras de esas vísperas. Por el contrario, desde el entorno de Millo se asegura que el exdelegado tuvo una bronca con el coronel de la Guardia Civil y coordinador policial del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, precisamente por desoír sus avisos. Lo ocurrido en esa jornada es sobradamente sabido. Como también el hecho de que Millo ha sido el único dirigente del PP que ha pedido disculpas sobre el operativo policial.
Enric Millo tampoco supo prever el éxito de la moción de censura presentada por Pedro Sánchez. El mismo día en que comenzaba la sesión plenaria en el Congreso, se oficializó el fichaje del exdiputado Juan Milian y de la presidenta del PP de Lleida, Marisa Xandri, como asesores de la subdelegada del Gobierno en Lleida. Dos nombramientos que quedaron en papel mojado.
Las colas en los controles del aeropuerto de El Prat registradas el verano pasado y la falta de una respuesta contundente a los incidentes producidos tras la colocación de cruces amarillas en las playas de la costa catalana –a la que Millo solo respondió con una carta enviada a los ayuntamientos— azuzaron las críticas a Millo. Y también las comparaciones con su predecesora, Llanos de Luna, más efectiva en lo que respecta a la impugnación de acuerdos municipales ilegales –ausencia de la bandera española, pago de cuotas a la Asociación de Municipios Independentistas (AMI) con dinero público…--. “Se trataba de no echar más leña al fuego”, subrayan en el entorno de Millo.
La gestión como “virrey” de este político nacido en Terrassa (Barcelona) en 1960, pero que muy pronto marcó perfil gerundense, ha acentuado el histórico pulso entre los dirigentes del PP catalán que defienden un discurso menos acomplejado para combatir el despegue de Ciudadanos, y quienes apuestan por un partido más catalanista y conciliador, que reivindique el legado de Josep Piqué, el exministro que presidió el PPC entre 2003 y 2007. Un pulso que, obviamente, se ha acentuado con el caída en picado del PP en el último ciclo electoral en Cataluña.
El fichaje de Piqué
Fue precisamente Piqué quien fichó a Enric Millo, que entonces era dirigente de UDC, partido que abandonó cuando CiU le descartó como cabeza de lista por Girona en las elecciones autonómicas de 2003. Aseguran que se ofreció a ERC, pero finalmente se incorporó al PP. Los populares gerundenses sacaron las uñas, pero desde entonces, fue ocupando diferentes cargos en el partido.
La nueva delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, es felicitada por el anterior delegado Enric Millo
Fuentes de su entorno aseguran que, tras su cese como delegado del Gobierno, solo le quedan cargos orgánicos dentro del PPC, pues ni es diputado ni tiene en perspectiva ninguna oferta laboral en el ámbito privado. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la UAB, solo ejerció como profesor durante dos años, pues en 1991 ya se incorporó al Departamento de Trabajo de la Generalitat como delegado territorial en Girona durante el Gobierno de Jordi Pujol.
Millo aspira ahora a presidir el PP catalán en sustitución de Xavier García Albiol, muy cuestionado tras el desastre electoral de los populares en las elecciones del 21D. Que el exdelegado del Gobierno tenga posibilidades depende mucho del futuro de Sáenz de Santamaría, que cuenta con el apoyo mayoritario de los exministros de Rajoy, pero no tiene tanto tirón en Cataluña, donde es Pablo Casado y Cospedal –apoyada por Dolors Montserrat-- quienes están en mejor posición de partida.