Fin de fiesta movido para el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en la ceremonia de apertura de los Juegos Mediterráneos de Tarragona. Allí, en el Nou Estadi, el mandatario ha recibido los abucheos y la pitada del público cuando el alcalde del municipio, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), ha pronunciado su nombre durante el discurso inaugural.
Con banderas de España en las gradas (y algunas estelades), se han escuchado gritos como "yo soy español, español, español" y "viva el Rey", en una zona de mayoría contraria al independentismo. Es más, Felipe VI ha sido aclamado y vitoreado (con algunos pitos, minoritarios) cuando ha tomado la palabra para dar por inaugurados los Juegos. Junto a él, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el mismo Torra, que se ha levantado cuando el monarca se ha dirigido a los ciudadanos, aunque no ha aplaudido.
Día incómodo
Y es que el día ha sido incómodo para Torra. La información a primera hora es que no acudiría a la apertura de los Juegos Mediterráneos para plantar al rey, Felipe VI. Poco después, ha anunciado que sí se personaría. Pero antes de la cita, el presidente ha participado en una manifestación contra el monarca para, después, saludarle (que no recibirlo) y entregarle dos libros sobre el 1-O.
Por cierto, la manifestación en contra del Rey, integrada por miembros de los autodenominados comités de defensa de la república (CDR) y la ANC, ha terminado sobre las 21.45, una hora después de que llegara Felipe VI. Cabe añadir que, como respuesta, Vox ha convocado otra marcha de apoyo al monarca. Pero la tensión no ha pasado a mayores.