Pedro Sánchez ya está explorando las vías para formar mayorías en el Parlamento, y para ello se reunió el jueves pasado con el líder de Podemos en la Moncloa. El encuentro entre Pablo Iglesias y el líder socialista, desvelado ahora por La Vanguardia, no fue comunicado por ninguna de las dos partes, y el contenido del mismo no ha trascendido, pero demuestra la voluntad de acercamiento entre ambas formaciones para marcar una agenda legislativa común durante el resto de legislatura.
El reto más importante del nuevo Gobierno socialista será aprobar los Presupuestos generales del Estado del 2019, que deberá presentar en septiembre en el Congreso de los Diputados. Pedro Sánchez cuenta con tan sólo 84 diputados, una cantidad muy insuficiente para aprobar las nuevas cuentas de su propio Gobierno. Por ello, necesita el apoyo de Podemos y de las formaciones nacionalistas si quiere evitar tener que prorrogar los actuales presupuestos del PP.
¿Viraje a la izquierda?
Pero antes el PSOE tiene intención de desbloquear hasta 40 proyectos de ley que se intentaron tramitar durante el mandato de Mariano Rajoy y que habían sido vetados desde el Ejecutivo. En este sentido, Sánchez e Iglesias podrían sumar los apoyos de otros grupos parlamentarios para tirar adelante un pacto en materia de subida del salario mínimo, garantizar las pensiones y revisar el criticado factor de sostenibilidad, la ley de igualdad retributiva, la homologación de las bajas de maternidad y paternidad, la aplicación de la ley de dependencia o revertir los recortes en sanidad y educación que había realizado el Gobierno de los populares.
Aun así, los podemitas quieren ir más allá y presionarán a Pedro Sánchez para que sus políticas viren a la izquierda. Mientras la Comisión Europea y los poderes económicos apuestan por mantener la política económica del anterior Gobierno, Iglesias pretende acabar con la norma del techo de gasto y substituirlo por una mayor entrada de ingresos, que pasaría por un aumento de la presión fiscal. Además, la formación morada tiene intención de derogar las dos últimas reformas laborales, mientras que los socialistas son partidarios de enmendarlas. También parece difícil el acuerdo en materia de reformas territoriales, donde las similitudes entre las demandas de Podemos y de los independentistas choca frontalmente con las líneas rojas establecidas por los socialistas.
Mayorías complejas
Lo mismo sucede con la Ley de Seguridad Ciudadana –bautizada como ley mordaza–, la ley antidesahucios, o el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (CIE), donde las posturas maximalistas de Iglesias dificultan el acuerdo con un Pedro Sánchez más moderado.
Ambos grupos suman 151 diputados a los que, en principio, se sumarían sin dificultad los cuatro de Compromís y el de Nueva Canarias, aliados electorales de las dos formaciones.
Por ese motivo, un pacto daría a cualquier medida un apoyo de partido de 156 escaños en el Congreso. Es menos de lo que suman el Grupo Popular y el de Ciudadanos (166, 169 si se suman el de Foro y los dos de UPN, en el Grupo Mixto), pero desde esa alianza estratégica podrían sumar apoyos con las formaciones nacionalistas para sacar adelante las principales prioridades conjuntas siempre que alcanzaran los 176 escaños que conforman la mauoría absoluta del Congreso de los Diputados.