El presidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha anunciado este sábado que la entidad independentista abrirá una sede en Bruselas. La primera oficina fuera del país de la organización cuya máxima será “denunciar ante Europa los ataques a la libertad y los derechos civiles”.
Lo ha hecho en la clausura de un encuentro en el que los socios de la entidad han reelegido a Jordi Cuixart, que lleva ocho meses en la cárcel, como presidente. “La nueva sede de Europa siempre estará allí, incluso si alguien tiene la intención de volvernos a ilegalizar”, ha afirmado el vicepresidente en un intento de mantener vivo el conflicto independentista.
Reivindicación de la república
También piensan trabajar desde la capital belga para “proyectar en el mundo la riqueza de cultura, la inmensidad de la lengua catalana y la estima por los derechos colectivos”. Ha pedido un “diálogo” con el presidente Pedro Sánchez que encabecen los sobreanistas con el objetivo de llevar a cabo el proyecto de la república catalana.
“La sociedad debe solucionar los conflictos de forma democrática”, ha proclamado en el discurso de clausura. Mauri ha mostrado públicamente el rechazo de Òmnium a los “juzgados parciales”. Según su puto de vista, no es allí ni en la cárcel donde se deben resolver pugnas como la del procés.
Mensaje a Llarena
Manda, asimismo, un mensaje al magistrado Pablo Llarena: “Ni rebelión, ni sedición, ni malversación, ¿con cuántos idiomas más se lo deberán decir?”. Mauri, en línea con las declaraciones de este sábado del presidente del Parlament, Roger Torrent, niega también que exista una fractura en la sociedad catalana por cuestiones políticas.
Òmnium Cultural ha reelegido a la junta directiva de la organización. Ha marcado la hoja de ruta que seguirá en los próximos años, en los que prevé proseguir con el impulso del proceso independentista.
Han asistido a la asamblea de la entidad desde la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a diputados de los Comuns como Elisenda Alamany o el líder de CCOO de Cataluña, Javier Pacheco.