Felipe González se modera. El expresidente del Gobierno deja ahora a criterio del actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, la posibilidad de adelantar las elecciones. Ha dicho que está en su mano valorar cuándo debe hacerlo. Unas palabras que contrastan con las dichas antes de la moción de censura, y en las que urgía a ir a las urnas por la escasez de diputados con los que cuenta el PSOE para gobernar.
En un acto en homenaje al que fuera comisario europeo Manuel Marín, y a la pregunta de, si tal y como dijo antes de la moción de censura contra Mariano Rajoy, sigue pensando que lo razonable sería que hubiera elecciones pronto, González ha recordado que es competencia de Sánchez disolver las Cortes y convocar los comicios. La relación entre ambos ha sido distante en los últimos meses, aunque hubo un acercamiento en una comida en febrero.
Cataluña: fractura social
Antes de que saliera adelante la moción de censura, González se alineó con las tesis de Ciudadanos y sugirió que lo mejor, en caso de prosperar la salida de Rajoy, era acudir a las urnas, dado que Sánchez no contaría con “mayoría alternativa para gobernar”. “¿Hay mayoría alternativa? No lo creo y no lo veo”, dijo. Su opción favorita era que se celebrasen a finales de septiembre o a comienzos de octubre.
Más allá de esta apreciación, también se ha referido a Cataluña. Ha advertido de que existe una fractura social que es necesario resolver.