Josep Borrell (La Pobla de Segur, Lleida, 1947) vuelve a la primera línea de la política. Aunque, en realidad, nunca se fue del todo.
A sus 71 años, el próximo ministro de Exteriores --ingeniero aeronáutico y doctor en economía-- acumula una experiencia envidiable: secretario de Estado de Hacienda (1984-1991); ministro de Obras Públicas (1991-1996) --en ambos casos con Felipe González--; candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE tras ganar unas primarias en 1998 (imponiéndose al oficialista Joaquín Almunia), presidente del Parlamento Europeo (2004-2007) y presidente del Instituto Universitario Europeo (2010-2012), entre otros cargos de relevancia.
Compromiso frente al secesionismo
Además, el político catalán es uno de los rostros más relevantes del constitucionalismo que le ha plantado cara al nacionalismo catalán en los últimos años. Borrell no ha dudado en debatir en televisión con Oriol Junqueras --y darle un monumental repaso-- en el momento más álgido del procés, en junio de 2016. Tampoco ha ahorrado esfuerzos a la hora de contrarrestar los argumentos del secesionismo de forma científica, como hizo en el ensayo Las cuentas y los cuentos del independentismo, firmado en 2015 junto a Joan Llorach.
Y ha participado de manera muy comprometida y generosa en un buen número de actos de Sociedad Civil Catalana (SCC), la principal entidad civil que se opone al nacionalismo catalán. De hecho, su designación ha sentado como un jarro de agua fría entre el secesionismo más radical. “Los apologetas nos dicen, satisfechos y pomposos, ‘un tiempo nuevo’. ¿Rescatar perfiles de otro tiempo que se han significado en la escalada del odio es el gesto que tenían pensado para enviarnos un mensaje de fraternal bienvenida?”, ha tuiteado este lunes el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont al conocer el nombre del escogido para la cartera de Exteriores.
Cubrirse ante PP y Cs
Con esta elección --el primer miembro confirmado del nuevo Gobierno--, Pedro Sánchez responde a las críticas recibidas en los últimos días por haber tendido la mano a las formaciones secesionistas para lograr ganar la moción de censura contra Mariano Rajoy.
La presencia de Borrell en el Ejecutivo de Sánchez le permitirá cubrirse de los ataques que, previsiblemente, PP y Cs le lanzarán en los próximos meses por ofrecer diálogo, pacto y negociación al PDeCAT y a ERC, los partidos que han encumbrado al “racista” Quim Torra (en palabras del propio líder del PSOE) a la presidencia de la Generalitat.
Premio a su fidelidad
Por otra parte, la buena relación de Sánchez con Borrell no es ninguna novedad. En abril del año pasado, el leridano anunció su apoyo a la candidatura de Sánchez en las primarias de junio para acceder a la secretaría general del PSOE. Fue el único de los socialistas históricos que apostó por el candidato rebelde. Y lo hizo de forma activa.
Durante aquella campaña, Borrell recordó el paralelismo de esa situación con la que él vivió 19 años antes, cuando se impuso contra todo pronóstico a Almunia, el candidato del aparato del partido. De igual forma, Sánchez, finalmente y en contra de las previsiones iniciales, ganó a Susana Díaz y a Patxi López. Y ahora le devuelve a Borrell la confianza ofrecida hace un año otorgándole la cartera de Exteriores, una de las más trascendentes en los momentos actuales.
Huguet-Aguiar y Abengoa
Pero Borrell también acumula algunos borrones en su flamante expediente. En 1999 tuvo que renunciar a la candidatura del PSOE a la presidencia del Gobierno por el escándalo de Huguet y Aguiar, dos antiguos colaboradores suyos de la época de la Secretaría de Estado de Hacienda implicados en un caso de corrupción por fraude fiscal; una situación de la que, en todo caso, el nuevo ministro no tuvo ninguna responsabilidad, pero que truncó su carrera política cuando se encontraba más cerca de la cima.
El caso Abengoa también ha planeado sobre Borrell. El ministro fue consejero de la multinacional tecnológica sevillana desde 2009 hasta poco después de su entrada en crisis en 2015. Sin embargo, quedó exonerado de toda responsabilidad penal, que sí alcanzó a los principales responsables de la empresa.
Pieza clave
Más allá de su veteranía, Borrell será fundamental en el nuevo Gobierno para hacer frente a la campaña de desprestigio internacional contra España que el independentismo catalán lleva años implementando. Una campaña ante la que el Ejecutivo de Rajoy se había puesto de perfil. Y el nuevo ministro de Exteriores se encargará de esta labor con pleno conocimiento de los argumentos con los que confrontar el discurso secesionista en Europa.
Además, la designación de un perfil con el prestigio de Borrell para la primera cartera que se anuncia en el nuevo Ejecutivo puede allanar la llegada de otros nombres de un nivel y capacidad similar reacios a entrar en un Gobierno que puede ser muy breve y que no lo tendrá fácil para sacar adelante cualquier iniciativa en el Congreso.