Mariano Rajoy se va. Ha anunciado que deja la presidencia del PP y que convocará un congreso extraordinario para elegir al próximo presidente de la formación en un discurso abierto ante el comité ejecutivo del PP en el que ha cargado contra la debilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Cataluña ha sido de nuevo la principal arma del líder popular. “Es inquietante la fragilidad del nuevo Gobierno cuando la situación de Cataluña, especialmente en las calles, dista mucho de estar calmada”, ha asegurado.

“Se ha derribado un Gobierno y se ha elegido a un nuevo presidente, pero sin ningún compromiso con la estabilidad política y para hacer frente a los retos del país”. Una “mancha que ensucia a todos, ya que nadie ha pensado en el interés general”, ha relatado, “piensa en los propios o en sus miedos”.

Intereses del partido

Unos motivos que también se pueden aplicar a su decisión de dar un paso al lado y dejar la presidencia de la formación que lidera desde 2012. “Es lo mejor para mi y para el PP”, ha sentenciado, una frase que ha sido aplaudida por el comité ejecutivo en pie.

Afirma que no dejará el carné del partido y que se pondrá “a la orden” de su sucesor en el cargo con la “lealtad” que ha mostrado durante 40 años en el partido. Ha reivindicado que lo deja como el “primer partido de España, que ha ganado las últimas elecciones, es el más grande en el Congreso y ostenta la mayoría absoluta en el Senado”.

Corrupción

No hay motivo para el desánimo”, reclama. “Sabemos gobernar y hacer oposición, y Sánchez se encontrará con una oposición curtida como es la del PP”. Ha reconocido los “casos grabes de corrupción” que han dañado la imagen de la formación pero mantiene el discurso de que no ha recibido ninguna condena penal por fraude, algo imposible al no ser una persona física.

Mantiene que el PP es el único partido que puede ofrecer una “mayoría estable y de estabilidad en el país” y revela que tendió la mano al PSOE para formar una coalición como la alemana que el actual presidente del Gobierno rechazó.

Críticas a Ciudadanos

Pero los socialistas no son los únicos enemigos de los populares. Rajoy ha cargado de forma destacada contra Ciudadanos.

Ha tildado al partido de Albert Rivera de “inquisidores” por sus reiteradas demandas en la aplicación de medidas para contestar al independentismo en Cataluña, como endurecer el artículo 155 de la Constitución y mantenerlo tras las elecciones. Además de censurar el papel de Inés Arrimadas, ganadora de las últimas elecciones catalanas, por no ser capaz de frenar el procés.

“No saben ni hacer oposición al independentismo”, ha asegurado ante el comité ejecutivo del partido, “sólo se han centrado en genera toda la inestabilidad posible al PP en Madrid”.

Papel frente al independentismo

En este sentido, el expresidente ha sacado pecho del papel que su Gobierno ejerció para intervenir a Cataluña tras las tensión de octubre. “El hecho cierto es que hemos impedido a Puigdemont ser presidente de la Generalitat. Ni hubo independencia, ni Puigdemont es presidente ni forman parte de ese gobierno expresos ni huidos”, ha indicado.

“Con el 155 destituimos un gobierno y convocamos elecciones, siempre entendimos que era un delicado mecanismo institucional”, ha añadido. “Los independentistas” agrega, “tienen derecho a existir y a gobernar si ganas elecciones pero no a pasar por encima de la voluntad de la gente”.

Congreso extraordinario

También ha reivindicado su papel en el final de ETA y en no plegarse a las principales demandas de los familiares de terroristas condenados. Básicamente, el acercamiento de presos. Una obra de Gobierno que se completa con el capítulo económico. Una legislatura y media en la que se ha pasado página a la crisis y se ha entrado en la recuperación en lo macro. La asignatura pendiente es remediar la desigualdad que persiste.

Esta será la principal herencia que reciba el sucesor de Rajoy. El congreso extraordinario aún no tiene fecha. Ya hay varios nombres en la terna, como el de María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Alberto Núñez Feijó.