Pedro Sánchez, en su intervención en el Congreso y en sus réplicas con Mariano Rajoy, ha lanzado todos los anzuelos con los que pretende ser presidente del Gobierno. Aunque en repetidas ocasiones ha pedido al presidente del Gobierno que dimita, para detener en ese mismo instante la moción de censura, el líder del PSOE ha querido trazar su estrategia que no sería para convocar elecciones de forma inminente. En ese camino, ha buscado la complicidad con el PNV y con los partidos independentistas catalanes, pero también de Podemos, e, incluso, de Ciudadanos.
El eje central de la propuesta de Sánchez ha sido la defensa de los presupuestos que elaboró el Gobierno del PP y que contaron con el apoyo del PNV, de Ciudadanos y de Coalición Canaria. Era una de las peticiones de los nacionalistas vascos, pero se trata también, según Sánchez, de una posición pragmática, porque difícilmente ahora se podrían poner en pie otras cuentas, al margen de que se trata de “cumplir con las exigencias de la Unión Europea, y con los objetivos de déficit marcados”.
El trámite del Senado
Con esa propuesta, el PNV valorará en la ejecutiva de su partido si se suma o no a esa moción de censura. Los presupuestos se aprobaron en el Congreso, y deben cumplir el trámite en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Esa circunstancia ha centrado el discurso de Rajoy, que le ha reprochado a Sánchez que se opusiera a los presupuestos, pero que ahora quiera gobernar con esas cuentas.
El otro anzuelo de Sánchez estaba destinado a los partidos independentistas catalanes, que, de hecho, están ya en una pantalla bastante más alejada. Lo que defiende Sánchez es que se debe poner sobre la mesa “una solución política”, que pueda solventar el problema que supuso el Estatut. “Es un Estatut que no votaron los catalanes, tras la sentencia del Tribunal Constitucional”, ha señalado el líder del PSOE.
El anuncio de Rajoy
También ha ofrecido diálogo con “todos los gobiernos autonómicos”, y se ha mostrado dispuesto a entrevistarse con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a pesar de haberlo criticado con fuerza en las últimas semanas por ser “un racista”.
Esas contradicciones, esa posición de intentar acordar todos los problemas, han sido el centro de toda la intervención de Rajoy, quien ha dejado claro que no piensa dimitir, y que antepone los resultados electorales a cualquier moción de censura. Lo que ha ocurrido, sin embargo, es que Rajoy ha dado a entender que la moción podría tener éxito. “Ya se sabe cómo van estas cosas de los votos”, ha sentenciado.
Duros reproches
Los otros anzuelos de Sánchez se han dirigido al conjunto de fuerzas políticas, principalmente a Podemos, pero también a Ciudadanos, con propuestas para “derogar” la llamada ‘ley mordaza’, y reformar los mecanismos de control de RTVE. También cumplir la ley de igualdad de género, “en toda su integridad”, y la ley de equiparación salarial entre hombres y mujeres.
Entre duros reproches, con Rajoy inamovible en la aseveración de que Sánchez podrá liderar un “gobierno estable”, todo queda pendiente de la decisión del PNV, que tenía varias peticiones: la primera, la del presupuesto; la otra que no hubiera elecciones de inmediato. En esa segunda idea, Sánchez ha ofrecido estabilidad y elecciones, pero no ha concretado fechas, dejando claro que su prioridad es que, primero, se puedan estabilizar diferentes conflictos: y no el menor de ellos es el territorial.
Los nacionalistas vascos han reunido a su ejecutiva, en Vitoria, pero ya han asegurado que el sentido de su voto se conocerá durante la intervención del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.