Eduardo Zaplana representa a esa época dorada de España que luego resultó ser un espejismo. La del boom inmobiliario que en realidad era una burbuja y culminó en la crisis económica más grave desde la restauración de la democracia.
Zaplana fue el presidente de la Comunidad Valenciana desde 1995 a 2002, cuando Valencia era el ejemplo de desarrollo a seguir. Bajo su mandato se iniciaron grandes proyectos urbanísticos, como el Circuito de Motociclismo Ricardo Tormo, Terra Mítica o Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Cementerio urbanístico
Este último, el de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, concluyó en proyecto fallido después de que estallara la burbuja inmobiliaria.
Algo parecido a lo que ocurrió con el aeropuerto de Castellón, proyecto promovido por el presidente de la Diputación, también del PP, Carlos Fabra, estas obras han quedado ahora reducidas a obras faraónicas. Como un recuerdo de una época de opulencia, en la que España y los españoles, empezando por la clase política, vivieron por encima de sus posibilidades.
Aznarismo
Antes de ser el máximo mandatario valencia, Zaplaba había sido alcalde de Benidorm. También fue portavoz del PP en el Congreso y, tras su paso por la Generalitat valencia, volvió a la capital, donde reside habitualmente en la actualidad, como portavoz del Gobierno que presidía José María Aznar y ministro de Trabajo.
Fue uno de los máximos representantes del aznarismo, esta corriente del PP que el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se quitó de encima para mostrar un perfil más moderado y recuperar el poder tras los ocho años de gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Corrupción
Pese a todos los casos que se han destapado en Valencia sobre corrupción ninguno hasta la fecha lo había salpicado directamente.
Retirado de la vida política, ha sido ahora detenido por presunto blanqueo de capitales y evasión fiscal.