Tic-tac, tic-tac. El reloj corre y el Gobierno, a estas alturas, todavía no tiene la seguridad de que sacará adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del 2018. El PNV, que parecía que le había entregado los votos de sus diputados a cambio de que el Ejecutivo atendiera las peticiones de los pensionistas, dice ahora que decidirá en el "último minuto".
El PNV recupera el discurso inicial y asegura que su prioridad es la desactivación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución sobre el autogobierno y las instituciones catalanas "por considerarla injusta e involutiva". A tal fin dedicará sus "mejores esfuerzos políticos" en los próximos días.
Esperaban diálogo
Así lo ha decidido en su reunión de este lunes la ejecutiva del PNV, que, en un comunicado, ha dicho ser "consciente de la relevancia que para Euskadi, y en general" tiene la tramitación y, en su caso, aprobación de los PGE, especialmente en lo relativo a las pensiones y a las cuestiones vinculadas a lo que ha venido en denominar "agenda vasca".
El PNV ha afirmado que, a lo largo de los últimos meses, ha tratado de adoptar una posición de "responsabilidad política, intentando proporcionar tiempo para facilitar una oportunidad en la que los gestores de la Administración del Estado y de Cataluña dieran pasos que desembocaran en la búsqueda de un diálogo que superara la actual confrontación": "Reconocemos que ese tiempo, esa oportunidad brindada de buena fe por este partido, no ha sido bien aprovechada".
"Hasta el último minuto"
Tras constatar que actúa "contra el reloj", ha indicado que, "una vez más, y continuando con el ejercicio de responsabilidad" que viene practicando, apurará "hasta el último momento las posibilidades que permitan satisfacer los objetivos perseguidos". Por lo tanto, mantendrá abierta su posición "hasta el último minuto, hasta la última votación de los dictámenes presupuestarios que se producirá, previsiblemente, en la tarde del próximo miércoles".
El PNV acordó con el Gobierno del PP el apoyo a los presupuestos de 2018 a cambio de una serie de inversiones del Estado en Euskadi y de una subida de las pensiones igual al IPC en 2018 y 2019, además de la mejora de las pensiones de viudedad y el retraso al 2023 de la aplicación del factor de sostenibilidad.
'Consellers' presos y huidos
Desde un principio los nacionalistas vascos condicionaron ese apoyo, incluso oficialmente la apertura de la propia negociación, a que se levantara la aplicación del artículo 155 en Cataluña, lo que parecía factible antes de la votación del miércoles 23 con la elección como presidente de la Generalitat de Quim Torra.
Sin embargo, la decisión de Torra de proponer como consejeros a dos políticos presos, con los que hoy se ha reunido en la cárcel, y a otros dos huidos ha hecho que el Gobierno decida mantener por ahora el 155 y la intervención de la Generalitat.
Presiones
En este contexto, el PNV se debate entre apoyar unas cuentas que ha pactado con el Gobierno y que propiciarían la continuidad de la legislatura, como desean los nacionalistas ante la subida de Ciudadanos que pronostican las encuestas, o tumbarlas por el mantenimiento del 155, como comentó el pasado sábado el presidente del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar, cuando dijo que aún no se podía dar por hecho el respaldo a los presupuestos.
Mientras sigue la incertidumbre, el PNV recibe la presión de EH Bildu y Podemos para que rechace los presupuestos y del Partido Popular, tanto del vasco como del nacional, para que mantenga el apoyo que ha prestado en los trámites anteriores y posibilite la aprobación definitiva las cuentas para 2018.