La organización de Podemos en Madrid está de los nervios. A toda pastilla están ultimando las primarias que elegirán, sin ningún género de dudas, a Iñigo Errejón como candidato al Gobierno de la Comunidad de Madrid, con un programa que dice que no hay ni derechas ni izquierdas sino sólo sentido común.
Una definición que trata de ampliar su base social, pero que no deja de ser curiosa cuando encima de la mesa del debate político español hay temas como las pensiones, la reforma laboral, la política fiscal, políticas sociales, eutanasia, financiación escuelas que segregan por sexo, salario mínimo garantizado y, no digamos, la política territorial.
Como Rajoy
Los estrategas de Podemos deberían revisar el eslogan, que se parece demasiado al eje troncal de la filosofía de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno del PP, que presume de guiarse siempre por el sentido común.
En paralelo, los morados de Pablo Iglesias también se preparan para las municipales. Lo hacen elaborando un programa de acción para revalidar la alcaldía de la capital con todo lujo de detalles y elogios a la actuación de Manuela Carmena en estos años. Y aquí está el quid de la cuestión. La alcaldesa Manuela Carmena sigue sin desvelar si se presenta. Los ecos de su conversación con el secretario general del PSOE madrileño, José Manuel Franco, aún resuenan. En aquel encuentro Carmena afirmó que no pensaba repetir. Y ahí sigue, sin confirmar lo que hará, lo que intranquiliza a la dirección de Podemos.
El difícil equilibrio interno
Iglesias sabe que si Carmena no se presenta, los posibles candidatos entre las diferentes familias de Madrid no generan los consensos suficientes y se corre el riesgo de ruptura, por ejemplo, con Ganemos Madrid. Por eso, prepara un candidato. Lo está haciendo participar en foros, tertulias y actos de todo tipo en la organización. Este candidato es, nada más y nada menos, que el exJEMAD Julio Rodríguez.
El antiguo general está desarrollando una tarea inacabable en televisiones, radios y actos. Todo un esfuerzo necesario porque Carmena no dice ni palabra. Es más, desde su entorno, se da por hecho que la alcaldesa está harta de los equilibrios y de los disgustos que se ha llevado en esta legislatura. El JEMAD tiene todos los números para tomar el testigo del equilibrismo y los sinsabores de las cuatro familias que en Podemos Madrid están a la greña desde la fundación de la formación, porque Pablo Iglesias no parece fiarse de nadie más.