El magistrado que lleva la causa del procés en el Tribunal Supremo, Pablo Llarena, ha remitido un nuevo escrito a la justicia alemana en el que argumenta la necesaria extradición de Carles Puigdemont por un delito de sedición. Da de este modo por sentado que la sala de Schleswig-Holstein estima que no existió la violencia necesaria para que prevalezca la traición, el delito equivalente a la rebelión en ese país. 

En el documento, el magistrado señala que no es necesario entrar a valorar si realmente se produjeron los hechos necesarios para justificar la rebelión --es decir, entrar en el fondo del asunto--. Mantiene que existen otros supuestos ilícitos que justificarían la entrega del expresidente de la Generalitat huido.

Otros delitos

Indica que la causa está abierta y que incluso la Fiscalía española podría optar por atribuirle otros presuntos delitos cunado se abra la vista oral. Como el de sedición, el de cooperación para la rebelión o el de desobediencia, tal y como indica La Vanguardia.

Llarena explica al tribunal regional que rebelión supone un “alzamiento violento y público” con el fin de modificar o suspender la Constitución, declarar la independencia de parte del territorio o que parte de la fuerza armada del país deje de obedecer al Gobierno. En cuanto a la sedición, implica el “alzamiento público y tumultuario” para impedir la “aplicación de leyes”. Un delito que “no precisa violencia y cuyo bien jurídico protegido es el orden público”.

Insistencia en la violencia

Con todo, en el texto insiste en que sí existió violencia en Cataluña. Se han entregado 74 vídeos de la concentración ante la Consejería de Economía de septiembre, los cortes de vías durante los llamados paros de país y los ataques a Policías y Guardias Civiles tras el 1-O.

El texto fue remitido a Alemania el pasado 26 de abril. El tribunal de Schleswig-Holstein tiene pendiente valorar la entrega de Puigdemont, que sigue en Berlín.