La senadora de ERC, Mireia Cortès, sobrepasó ayer los límites legales al prometer su cargo por "la liberación de los presos políticos" y "la república catalana". Una fórmula que trasciende la sentencia que en su día dictó el Tribunal Constitucional en el caso de Batasuna. En ese fallo, el alto tribunal avaló el juramento o promesa del cargo "por imperativo legal". La secesionista prometió por algo que oficialmente no existe, la "república catalana".

Cortès, que llevaba con una camiseta amarilla en la que exigía en inglés la libertad para los "presos políticos", ha utilizado una fórmula en la que ha acatado cumplir la Carta Magna "por imperativo legal" y "la liberación de los presos políticos", por el "retorno de los exiliados" y "hasta la consolidación de la república catalana".



Al comienzo del pleno del Senado, la parlamentaria intentó en vano que su presidente, Pío García-Escudero, aceptara esa coletilla pronunciada únicamente en catalán porque el presidente le ha solicitado hasta en tres ocasiones que usara el castellano.



Finalmente, y tras aceptar hacerlo porque se lo pedía el presidente y haciendo constar que "siempre" había prometido solo en catalán, entre protestas de buena parte de la Cámara, Cortès aceptó manifestar su acatamiento en las dos lenguas y ha logrado que García-Escudero proclamara al pleno que había adquirido la condición de senadora, no sin añadir: "¡Ha costado!".