Los medios públicos catalanes, objeto de reparto entre Junts per Catalunya y ERC, son escenario de otra pugna soterrada. La que mantiene la vieja guardia convergente con Carles Puigdemont.
Como se sabe, el mandato parlamentario de los seis miembros del Consejo de Gobierno de la Corporació Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) caducó el pasado 31 de marzo. La falta de acuerdo de los independentistas, lo que impide formar nuevo gobierno, unido a la añeja composición del gobierno del ente (mayoría de CiU y PP, un consejero de PSC y otro de ERC) provoca que, en la actualidad, TV3 y Catalunya Ràdio esten en manos de un órgano que no refleja la composición parlamentaria. La ausencia más llamativa, por ejemplo, es la de Ciudadanos, que ganó las elecciones del 21D.
Ante esta situación, Brauli Duart se mantiene como el hombre fuerte de los medios públicos catalanes. Hombre de confianza de Artur Mas y Francesc Homs, es decir, representante de la vieja guardia convergente. Duart ejerce de presidente en funciones y, a juzgar por sus movimientos, quiere perpetuarse en ese poder.
La pieza más cotizada
Fuentes soberanistas aseguran que Duart está maniobrando a espaldas de su partido, PDeCAT. Su partido acaba de cerrar un acuerdo con ERC para renovar a los seis miembros del gobierno de la CCMA tras los seis años de mandato que fija la ley.
Las maniobras de Duart consisten en tender puentes con el PSC para, en un futuro, intentar contar con su apoyo parlamentario, ser ungido presidente de la nueva Corporación y seguir controlando la pieza más cotizada de todo gobierno: el aparato mediático. Esto es, TV3.
El compadreo de Duart
La proliferación de tertulianos cercanos al PSC en los últimos días, así como la aparición recurrente de entrevistados como Salvador Illa o José Zaragoza en programas de prime time en la cadena catalana, responde precisamente a ese manejo de Duart para hacer gestos que le permitan contar con la complicidad parlamentaria socialista. A cambio, se allanaría el terreno para la continuidad del actual consejero socialista Josep Vilar.
Fuentes del PSC niegan cualquier tipo de “compadreo” con Duart y se desmarcan de las maniobras que este convergente pueda estar llevando a cabo.
Como no podía ser de otra manera, la actuación del, hoy por hoy, hombre fuerte de la CCMA indigna a Junts per Catalunya, que ven en Duart un outsider capaz de intentar frustrar los pactos de su partido con ERC por su apego personal al cargo.
Paralelismo con La Xarxa
Quienes están al corriente de esos movimiento comparan a Duart con su homólogo de La Xarxa --los medios de comunicación de la Diputación de Barcelona-- donde su compañero de partido, Francesc Pena acaba de lograr, con el apoyo socialista, una prórroga en su mandato de año y medio, hasta la próximas elecciones municipales.
La cuestión es por qué Iceta, Illa y Zaragoza le bailan el agua a Duart. La respuesta es clara: quieren mantener a toda costa a su consejero caducado, el socialista Josep Vilar.