Nervios. Muchos. Ahora sí. La dirección de Esquerra, la que está en prisión, con Oriol Junqueras al frente, y la que gestiona el día a día del partido, con Pere Aragonès como nuevo hombre fuerte, ya no puede más. Quiere que Junts per Catalunya presente un candidato viable, desde la asunción de que lo deberá votar en el Parlament, pero la insistencia de los hombres de Carles Puigdemont en que debe ser investido o en que sólo él debe decidir quién le puede sustituir ha llevado a los republicanos a recordar que tienen capacidad de veto.
La utilizarán o no, pero ERC quiere hacerse valer, pese a todas las circunstancias. El propio Pere Aragonès asegura que el nuevo candidato se deberá “hablar entre todos”, aunque se defienda, públicamente, el derecho de Puigdemont a elegir al nuevo presidenciable.
Puigdemont y Puigdemont
El temor, el auténtico pavor, es que, a pesar de que nadie quiere unas nuevas elecciones --hasta el propio Puigdemont lo rechaza a priori-- los constantes reproches, los desencuentros, las acaben provocando cuando se acerque la fecha del 22 de mayo.
Bastó que Oriol Junqueras insistiera, desde la cárcel, y a través de una carta, en que la prioridad absoluta debería ser la de formar un nuevo Govern, para que Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn, también desde prisión, defendieran la legitimidad y el derecho de Puigdemont en que sea él quien decida los próximos pasos.
La misión de Esquerra
Ese debate se vive con crudeza en el seno del PDeCAT, una parte de Junts per Catalunya, que, sin embargo, tendría también la capacidad de veto para impedir a un posible candidato. Las dos posiciones las representan Maria Senserrich, portavoz del partido, y Marta Madrenas, alcaldesa de Girona, que se ata a Puigdemont --puede ser la elegida en el último momento-- y reivindica que sólo el expresident debe elegir al nuevo presidenciable, al margen del conjunto de diputados que forman Junts per Catalunya, y que es la idea que formula Senserrich.
Pere Aragonès, que defiende desde hace meses que Esquerra tiene todavía una misión por delante y es la de gestionar con criterio la Generalitat y demostrar que puede ser el partido hegemónico en la política catalana a corto y medio plazo, subió este lunes el tono y reclamó que su partido puede y debe consensuar el nuevo nombre del titular de la Generalitat.
¿Divisiones en el Govern?
“Puigdemont no sólo es el presidente de la Generalitat que fue atacado por el 155, sino que es el líder de Junts per Catalunya, a quien corresponde hacer la propuesta. Evidentemente, una vez hecha la propuesta, ya hablaremos. Y estamos convencidos de que, una vez hecha la propuesta, nos pondremos de acuerdo porque lo importante es recuperar las instituciones”, señaló, con ese acento en el “ya hablaremos”.
El independentismo llegó a las elecciones del 21D dividido, y esas diferencias se han ido acrecentando, con estrategias diferentes y la figura que lo ha marcado todo hasta ahora, la del expresidente Puigdemont, en el centro. La formación de un nuevo Govern, a pesar de impedir unas nuevas elecciones, podría reflejar con más virulencia esas divisiones entre Junts per Catalunya y ERC, con las elecciones municipales en el horizonte.