El objetivo de todos es que se forme gobierno cuando antes. Pero luego llegan los matices, y lo que podría ser un propósito común puede acabar en unas nuevas elecciones. Los dirigentes presos, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, han mostrado en las últimas horas su confianza en Carles Puigdemont, al atarse a las decisiones que pueda tomar, desde elegir al candidato que le debe sustituir o esperar a que transcurra el tiempo, y que se convoquen elecciones si el 22 de mayo no ha cambiado nada.
Los tres dirigentes, a pesar de que también han pedido que se forme gobierno cuanto antes, al entender que la actual situación no les beneficia judicialmente, señalaron en sus cuentas de Twitter un mensaje compartido: “Ante los días trascendentales que vienen, mostramos nuestra confianza en el presidente Puigdemont y en las propuestas que lleve a cabo”.
Matices a Junqueras
La apuesta contrasta ahora con la defensa cerrada de Oriol Junqueras, quien, también desde la cárcel, ha señalado que no se debería desperdiciar, por parte del independentismo, los resultados del 21-D, y que es mejor formar gobierno cuanto antes que ir a unas nuevas elecciones de resultado incierto.
En el mejor de los casos, considera Junqueras, todo quedaría como hasta ahora.
Artadi, de nuevo
Pero el problema se centra en quien tomará las últimas decisiones, si solo Puigdemont, o el conjunto del grupo de Junts per Catalunya. El PDeCAT, cada vez más molesto, tiene algunas cartas sobre la mesa y las reivindica, como el número de diputados que podrían ser fieles a la actual dirección. Sin embargo, no se quiere llegar tan lejos.
En los próximos días se acabará de despejar la incógnita. Puigdemont sabe que no puede esperar más, y que se deberá designar a otro candidato a la Generalitat para ser elegido presidente. Los partidos tienen claro que una opción posible es Elsa Artadi, el plan A desde el inicio, y que avalaba, inicialmente, el propio Puigdemont.