Xavier Domènech, líder del grupo parlamentario Catalunya en Comú, emprende una nueva etapa como secretario general de Podem, marcada por una pugna con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que recuerda mucho al épico enfrentamiento entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. En este clima de tensión interna dentro de la confluencia de izquierdas se celebra este domingo la asamblea política de los comunes.
Explican fuentes conocedoras de la evolución de CATComú que el salto de Domènech a Podem pretende un doble objetivo: garantizar la confluencia de los partidos que forman parte de la coalición pero, sobre todo, “ser fuerte en el aparato del partido, pues en esa lucha por el poder orgánico Domènech tenía como adversarios a ICV e, inesperadamente, a Colau”.
La cuarta parte del pastel
A esa tensión entre ambos dirigentes de los comunes ha contribuido la alianza coyuntural --porque también hay discrepancias entre ellas-- de la alcaldesa con Laia Ortiz y Janet Sanz (ICV), segunda y cuarta teniente de alcalde del ayuntamiento, respectivamente. A pesar de la equidistancia exhibida, las tres comparten oposición a la unilateralidad independentista, frente a la postura más soberanista de Domènech, las bases procedentes de Procés Constituent y de comarcas como el Vallès, próximas a la CUP.
El distanciamiento entre el presidente del grupo parlamentario de Catalunya en Comú y la alcaldesa de Barcelona es público y notorio dentro de esta plataforma de izquierdas, integrada por Podem, EUiA, ICV y Barcelona en Comú.
“Ahora, Domènech representa una de las cuatro partes del pastel”, afirman las mismas fuentes, que equiparan ese pulso entre la alcaldesa y el exdiputado en el Congreso con la lucha fratricida que se vive en Podemos, donde Carolina Bescansa conspiró con Íñigo Errejón para desbancar a Pablo Iglesias del liderazgo del partido.
¿Nueva política?
“Colau se viste de Iglesias y Domènech, de Errejón”, comentan en la órbita podemita. Se refieren al rechazo que la alcaldesa provoca entre la militancia por su actitud distante y altiva, según algunos sectores, algo que limita el crecimiento del proyecto. Mientras que Domènech, la cara amable en estos momentos, intenta conjurar su debilidad como líder de los comunes, creando su propio aparato y rearmándose internamente.
¿Nueva política? Xavier Domènech es historiador y conoce perfectamente las gracias y pecados de los partidos comunistas en general y del PSUC en particular.