Wilhelm Hofmeister es el director de la Fundación Konrad Adenauer en España y Portugal. Después de la decisión de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein de rechazar la extradición de Puigdemont por un delito de rebelión, escribió un artículo en El País advirtiendo del posible "declive de la Unión Europea" si no hay "confianza" entre los estados miembros.
En una entrevista con este medio sostiene que "las imágenes de violencia" del referéndum ilegal del 1 de octubre impactaron mucho en Alemania.
—Pregunta. Usted ha escrito un artículo en El País crítico con el comportamiento de la justicia alemana. Decía que su decisión respecto a Puigdemont era una de la causas próximas para el "declive de la UE".
—Respuesta. Yo escribí que si perdemos la confianza en uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea como es el hecho de que somos estados democráticos de Derecho, y dudamos de uno de nuestros socios más importantes como es España, ponemos en peligro el futuro de la Unión Europea. Yo no critiqué a Alemania, critiqué algunos medios de comunicación y los sectores políticos --no todos-- que expresaron sus dudas con España.
—¿Qué sectores políticos?
—Algunos sectores del principal partido de izquierdas así como de los Verdes… Y diversos medios de comunicación que, a mi juicio, han informado a sus lectores u oyentes de una forma no muy objetiva sobre la situación en Cataluña.
—¿España ha cometido un error al no explicarse en el exterior o el nacionalismo catalán ha hecho un trabajo previo muy importante para difundir su relato?
—Sin duda el nacionalismo catalán ha sido muy hábil en trabajar con los medios internacionales. Tienen una política bien diseñada y ejecutada de trabajo con los medios de comunicación. Han hecho sus representaciones en el exterior con mucho éxito. Han contactado con sectores políticos en Alemania que también me contactaron a mí y me contaban que los líderes catalanes eran muy accesibles y respondían en todas las lenguas… Tanto Puigdemont como Junqueras. El acceso a ellos era muy fácil. Los nacionalistas emitían cada día un boletín de prensa y habían preparado una narrativa en torno del 1 de octubre. Con imágenes y demás. Y sabemos que algunas de las imágenes no correspondían a la realidad.
Algunas de las imágenes del 1-O no correspondían a la realidad
—¿El Gobierno central no atiende a los periodistas internacionales?
—Lo que me dicen los periodistas alemanes es que era más difícil ponerse en contacto y trabajar con el Gobierno de España. En este sentido, los separatistas han sido más profesionales.
—Después de la decisión del tribunal alemán, ¿el Gobierno debería haber movilizado a sus diplomáticos, llamar al embajador alemán o mostrar una reacción más contundente?
—El Gobierno actuó correctamente. Un Gobierno no puede opinar sobre una decisión de un tribunal de otro país. Su decisión fue prudente y correcta.
Wilhelm Hofmeister, en su despacho de Madrid
—Entiendo que se respetara la división de poderes y no se interpelara a los jueces. Pero, a nivel político, ¿no se debería haber hablado entre diplomáticos como hacen los independentistas?
—Es que los independentistas no respetan las normas de conducta. Ese es el problema. En este sentido el Gobierno español fue muy correcto.
—Algunas voces críticas con la decisión tomada por la justicia alemana dicen que si hubiera sucedido lo mismo con Francia y no España la decisión de la justicia hubiera sido otra.
—Alemania reaccionaría igual con un independentista corso.
—A veces los medios internacionales han mezclado el pasado franquista de España con la situación actual.
—En Alemania nadie piensa que España sea franquista, pero los independentistas catalanes han mezclado las cosas, acusando de franquista a gente que incluso estuvo en el exilio en la época de Franco… Una falta de respeto hacia la persona y hacia la memoria del país.
—¿Y desde Alemania creen que Puigdemont es un exiliado?
—No. La mayoría de la gente tiene un juicio bastante realista de la situación. No les gusta estar implicados en este proceso y no entienden muy bien por qué el señor Puigdemont quiere separarse de España. Para los alemanes comunes España es un país maravilloso, además de un Estado democrático y abierto.
—¿Cómo se percibió la jornada del 1-O en Alemania?
—El problema fue la supuesta violencia de la polícía. Esto destruyó la imagen de España. En Alemania mucha gente se preocupó porque las imágenes transmitidas mostraban mucha violencia… aunque sabemos que no hubo tanta violencia. Pero, por ejemplo, en un reportaje de televisión de tres minutos, un minuto mostraba los actos de violencia y la impresión que daba es que hubo mucha violencia.
—En su artículo también dice que el grado de competencias de Cataluña es más elevado que el de los länders. ¿Esto lo saben en Alemania?
—No. Es de estos aspectos técnicos que nadie en Alemania sabe y lamentablemente en los medios de comunicación se ha afirmado que es necesario ofrecer más autonomía a Cataluña y que así el problema se resolvería. También los medios de comunicación alemanes han comprado la oferta de diálogo de los separatistas, pero los separatistas solo ofrecen diálogo para hablar sobre los términos de separación. Esto no fue transmitido.
Los separatistas solo ofrecen diálogo para hablar sobre los términos de separación
—Lo del diálogo y la mediación ha calado en Alemania.
—Sí. A mí me llamaban desde los medios de comunicación de mi país y me preguntaban por qué el Gobierno de España no acepta el diálogo. Y yo tenía que explicarles que no había una oferta de diálogo real por parte de los independentistas. Que ellos solo quieren hablar sobre la separación, y que el Gobierno de España esto no lo puede aceptar. No quieren autonomía, quieren soberanía.
—¿Qué le parecería que Alemania mediara?
—Sería fatal para Alemania. Si comenzamos con la mediación es una señal que perdemos la confianza con España y su Estado de Derecho. Puigdemont recibirá un juicio apropiado en España. Yo no sé si la acusación de rebelión es correcta, pero tengo confianza en la justicia española. Por esto estoy en contra de una supuesta mediación tanto de Alemania como de la Unión Europea. Si empezamos a mediar en pocas semanas nos van a pedir mediar entre Francia y los corsos… Y Macron va a estar muy agradecido (risas).
—¿Cree que el contencioso se puede elevar a Luxemburgo?
—Puede ser. Si Puigdemont no es entregado… A mí me sorprendió la rapidez con que el tribunal alemán tomó su decisión. Y las justificaciones y analogías que se hicieron también me sorprendieron. La violencia es un aspecto clave en la acusación de rebeldía y la corte alemana lo discute refiriéndose a un caso con una manifestación en un aeropuerto alemán que, desde mi punto de vista, no corresponde a una situación similar a Cataluña.
Me sorprendió la rapidez con la que el tribunal alemán tomó su decisión
—¿Cómo se ve desde Alemania la aplicación del artículo 155 en Cataluña? Un artículo, por cierto, copiado, de la Constitución alemana.
—Muchos alemanes entienden que un Gobierno desobediente, que quiebra las leyes y la Constitución, debe ser penalizado. En Alemania tenemos el mismo artículo pero es más complicado aplicarlo porque depende de la aprobación de la mayoría de estados federales. En Alemania es difícil llegar a esta situación, pero en España tampoco nadie se imaginaba que un presidente autonómico se iba a saltar las leyes.