El Tribunal Supremo ha rebatido hoy los argumentos del tribunal alemán que cuestionó la existencia de violencia en el procés y adelantó su probable negativa a entregar a Carles Puigdemont por rebelión, al afirmar que no es razonable comparar esta causa con las revueltas que hubo en el aeropuerto de Frankfurt.
Lo ha hecho en un auto de la sala que revisa los recursos contra las decisiones del magistrado Pablo Llarena, en el que confirma la prisión preventiva para Jordi Sànchez (JxCAT) pero ante todo aprovecha para puntualizar lo decidido por el tribunal de Schleswig-Holstein y abrir la puerta a juzgar los hechos por el delito de sedición.
Violencia
En su auto, los jueces españoles fijan el concepto del delito de rebelión y concretan que, cuando ésta es dirigida por personas que ostentan el poder en una comunidad autónoma, se genera la suficiente presión sobre el Estado como para que no sea necesaria la concurrencia de la violencia que se considera imprescindible en otros casos de rebelión.
Pero sobre todo, la Sala Segunda responde a la resolución del tribunal alemán al asegurar que "no es razonable", como hacen, comparar el proceso secesionista dentro de un país de la UE con las revueltas organizadas contra la ampliación del aeropuerto de Frankfurt
Masas frente a la fuerza legítima del Estado
En este caso, explican los magistrados, "no se trataba de ampliar o no una de las pistas del aeropuerto de El Prat de Llobregat (Barcelona) y que ello generara la protesta de miles de manifestantes para impedirlo".
"Lo que aquí realmente sucedía era que después de más de dos años dedicados a laminar el ordenamiento jurídico estatal y autonómico, y de oponerse frontalmente al cumplimiento de sentencias básicas del Tribunal Constitucional, se culminaba el proceso secesionista dentro de un país de la Unión Europea, con una democracia asentada", afirman. Y todo ello, añaden, "poniendo las masas en la calle para que votaran en un referéndum inconstitucional oponiéndose a la fuerza legítima del Estado que protegía unos supuestos colegios electorales".
Objetivo: fracturar el Estado
Los magistrados dicen los dirigentes catalanes "después de más de dos años de ilegalidades parlamentarias y gubernativas perpetradas en cadena, acaban sacando a la calle nada menos que a dos millones de personas para acceder a unos colegios electorales que se hallaban protegidos por 6.000 policías", una misión "imposible" para frenar una votación que tenía como objetivo fracturar el Estadio.
Por ello los magistrados no dudan en afirmar que los líderes independentistas "incuestionablemente violentaban los principios del sistema político y jurídico que se plasma en la Constitución".
Crítica a la argumentación de Alemania
A la sala lo que más le llama la atención de la argumentación del tribunal alemán es que empieza con un ejemplo hipotético muy adecuado a Cataluña, como es preguntarse que sucedería en Alemania si el presidente de un Land (equivalente a una comunidad autónoma española) incurriera en una conducta como la perpetrada en Cataluña.
"Pero a las pocas líneas abandona ese discurso sin profundizar en él y se desliza repentinamente hacia el supuesto fáctico de la pista del aeropuerto, huyendo así del pantanoso ejemplo comparativo que tan adecuado y pertinente resultaba", señalan los magistrados.
Similar a un Land
En este sentido, el Tribunal Supremo subraya que "si los hechos que se han venido cometiendo en España se hubieran perpetrado en un Land de Alemania con los mismos factores de evolución, tiempo y resultado, no parece muy factible que todo ello se saldara con una sentencia condenatoria meramente simbólica como se dice en la resolución del tribunal regional superior de Schleswig-Holstein".
Y aprovecha su resolución para recordar que la Fiscalía dejó abierta la puerta en su querella para que, en el supuesto de que no se constatara suficientemente la existencia de violencia para imputar el delito de rebelión, este fuera sustituido por sedición.