La dirección del PDeCAT lo tiene claro. Marta Pascal, su coordinadora general, pero también los exdirigentes que siguen siendo referentes, como Artur Mas, piden que se forme un gobierno de la Generalitat con un candidato que no tenga causas judiciales abiertas, y que, posteriormente, ya se luchará en el campo de los tribunales para parar o lograr lo antes posible que los políticos que siguen en prisión puedan salir.
El PDeCAT opta abiertamente por candidatos que proceden del municipalismo, como Marc Solsona, alcalde de Mollerussa. Habría otras opciones, pero esa es su principal preferencia, aunque, a pesar de presentar muchas reticencias, se podría inclinar por Elsa Artadi.
La lista de Puigdemont
Lo que le ocurre al PDeCAT es que es una pieza más –aunque la más importante— de la lista de Junts per Catalunya, que confeccionó Carles Puigdemont y que contó con amigos, en el último momento, de sus colaboradores, como Agustí Colomines. Eso ha provocado que los posibles candidatos se hayan reducido.
En el caso de Artadi, el PDeCAT sigue molesto por la decisión de la ex alto cargo de la Generalitat de romper el carnet del partido, y de distanciarse tan claramente, pasando a ser, luego, la coordinadora de la campaña electoral de Junts per Catalunya.
Artadi, sólo al final
Pero, en el último momento, podría ser la opción de consenso, si ello es garantía de que comienza, por fin, la legislatura.
El problema de fondo, la clara disyuntiva que se presenta, es que para ese núcleo de dirigentes que rodean a Puigdemont se ha presentado una oportunidad única: presión al Gobierno, con movilizaciones, con la tensión ahora en el campo judicial, y tensar la cuerda lo máximo posible, en una etapa que ya se califica de “aires de república”, en palabras de Agustí Colomines, el ideólogo de Puigdemont.
Candidatos municipales
En el otro lado, los partidos, que defienden una dinámica propia de las organizaciones que necesitan el poder, la opción pasa por formar ya el nuevo Govern.
El PDeCAT lo intenta, y no está derrotado antes de comenzar el partido. Sigue teniendo la estructura, los recursos del grupo parlamentario, y la capacidad para designar candidatos municipales, algo muy importante en estos momentos, porque el independentismo fija su mirada en las elecciones del próximo año, donde se dibujará el poder en los distintos ayuntamientos. Pero lucha con una figura, la de Puigdemont, que se ha “envalentonado”, en las últimas semanas.