Los catalanes, ¿han tenido un anhelo de independencia desde la Guerra dels Segadors hasta ahora? Y responde el hispanista Sir John Elliott: “No, se vivía en una monarquía compuesta, la revuelta catalana era contra el Conde-duque de Olivares que creía que Cataluña era más rica de lo que era en realidad, y pedía más esfuerzos para sufragar la guerra contra Francia”.
Elliott, sentado, con sus largas piernas, alternando catalán y castellano, defiende que no se puede revisar la historia con los ojos del presente, y menos para defender un determinado proyecto político, como ha ocurrido en los últimos años con el independentismo.
Relación positiva con España
Locuaz, comunicando con sus gestos, Elliott logró un lleno total en el auditorio de Foment del Treball, en el primer acto organizado por el Club Tocqueville, un think tank que ha impulsado el escritor Valentí Puig, junto a un grupo de profesionales de distintos ámbitos para realzar y defender la relación “positiva” de Cataluña y España.
Tras una prolija y documentada presentación de Xavier Gil, catedrático de Historia Moderna de la UB, y la defensa del proyecto del Club Tocqueville, por parte de Valentí Puig, Elliott conversó con Roberto Fernández, catedrático de Historia Moderna y rector de la Universidad de Lérida y Elia Marzal, profesora de Historia del Derecho y Derecho Constitucional en Esade.
Contra los mitos
La lección del autor de La Revuelta de los catalanes fue clara: “Todas las generaciones tienen la obligación de revisar su historia, con una mirada crítica, buscando desmitificar lo que se ha construido, y eso no se ha hecho siempre, al revés”, señaló, incidiendo en el trabajo de Jaume Vicens Vives, y en la necesidad de buscar siempre, más allá de los mitos, que se han construido en todos los países.
En Cataluña, esa labor mitificadora se desarrolla a lo largo del siglo XIX, y el nacionalismo la ha ido alimentando, hasta la reinterpretación de los últimos años, que ha servido como apoyo del proyecto independentista.