"Este hombre, en cuanto estalle el escándalo de su banco [Banca Catalana], se liará la estelada a su cuerpo y se hará víctima del centralismo de Madrid". Así auguraba, a principios de 1980, el entonces presidente de la Generalitat provisional, Josep Tarradellas, cuál sería el futuro de su sucesor al frente del Gobierno autonómico, Jordi Pujol Soley. Y así sucedió unos años después.

Quien pone en boca de Tarradellas esta frase es el periodista Julio Merino, en aquella época director del Diario de Barcelona --El Brusi--. En un artículo publicado esta semana en el Diario de Córdoba, Merino asegura que mantuvo varias largas conversaciones con Tarradellas, al que animaba a presentarse en las inminentes elecciones autonómicas que finalmente lllevaron a Pujol a hacerse con el Gobierno autonómico.

"Corrupto"

En una de esas conversaciones, fechada el 19 de enero de 1980, Merino le preguntó por Pujol, y Tarradellas le respondió: "Yo de enanos y corruptos no hablo". Pero en seguida pasó a apuntar a Banca Catalana, entidad fundada por Pujol y de la que había sido directivo hasta hacía poco tiempo.

Tras sacar de su mesa una carpeta verde, Tarradellas espetó: "Esto no son rumores, esto son hechos... Esa banca será la tumba política del señor Pujol... Y puede que algo más el día que las cosas lleguen a mano de los jueces. 20.000 millones desaparecidos son muchos millones y los primeros responsables son la familia Pujol. Este asunto traerá cola, mucha cola, porque además ya está en ello la Fiscalía anticorrupción".

"España nos roba"

Interpelado sobre qué creía que iba a pasar, Tarradellas fue contundente: "Conociendo al personaje, yo lo tengo claro. Luchará y pactará hasta con el diablo para ser president, porque ahí espera tener su mejor escudo".

E insistió: "Ya lo estoy viendo: 'Catalans, España nos roba... No nos dan ni la mitad de lo que nosotros les damos y además pisotean nuestra lengua... Catalans, visca Catalunya!'. Sí, esa será su política en cuanto llegue a la presidencia, el victimismo y el nacionalismo a ultranza. ¡Dios, así empezó Companys! Nunca he podido olvidar el enfrentamiento que tuve con él el mismo día del disparate de octubre del 34, cuando se sublevó y quiso proclamar el Estat Catalá y la República independiente sabiendo, como sabíamos todos, que el Estado español no lo iba a permitir... Y así fue. Me temo que el señor Pujol jugará esa baza para salvarse de lo de Banca Catalana".

Enfrentamiento con Pujol

Merino le mostró su preocupación, que Tarradellas compartió con él. "Veo que mis deseos de mantener unidos a todos, los nacidos aquí y los que han llegado de fuera, se van a ir conmigo, y eso será malo, muy malo, para Cataluña", lamentó el president.

"¿Recuerda usted las palabras que pronuncié cuando volví después de casi 40 años?", preguntó Tarradellas. "Sí, 'ja sóc aquí' [ya estoy aquí]", respondió el periodista. Y el presidente de la Generalitat concluyó: "Sí, pero antes dije 'ciutadans de Catalunya', lo que ese señor del que hemos hablado me criticó, porque, según él, tenía que haber dicho 'catalans' y no 'ciutadans'. Y eso porque yo entendía que el president tenía que serlo de todos, los de dentro y fuese cual fue su ideología, y los de fuera, viniesen de donde viniesen".