Quería ofrecer un mensaje de unidad, fuera de la sesión parlamentaria. Roger Torrent, el presidente del Parlament, pese a no esconder que formar parte del bloque independentista, como dirigente de Esquerra, busca un frente unitario con la formación de un Govern, un “frente democrático”, que, también, y, como primera prioridad, trate de encontrar una salida a la cuestión judicial, con buena parte del anterior Ejecutivo en la prisión.
Torrent ha contado para ello con una imagen nueva, con el líder de Els Comuns, Xavier Domènech, a su lado, y con los expresidentes del Parlament, Núria de Gispert, Joan Rigol y Ernest Benach, y también con el expresidente Artur Mas. Su denuncia al estado español, “han suspendido la democracia”, ha dado paso a una petición de unidad, de “todos los demócratas”, para hacer frente al flanco judicial, que lo puede condicionar todo, “un frente transversal” para evitar “la involución democrática”.
Govern o elecciones
Sin embargo, no ha habido referencias a la República catalana, ni a la independencia, ni a un nuevo camino soberanista. Torrent, consciente de que se ha quedado como único referente institucional, ha insistido en que es una cuestión de “dignidad”.
¿Invita con ello a Els Comuns? Todo es muy precipitado. El independentismo sigue pendiente de lo que ocurrió este viernes, y quiere presentar batalla ante el encarcelamiento de sus dirigentes, pero debe decidir en las próximas semanas si prueba una nueva investidura, o deja pasar el tiempo y se convocan elecciones de forma automática.
Dejar atrás el 155
En la sesión parlamentaria de este sábado, que, inicialmente, debía servir para la segunda votación de investidura de Jordi Turull –desde este viernes en prisión—sirvió para dibujar algunas escenas de futuro. Tanto Miquel Iceta, el líder del PSC, como Xavier Domènech, el portavoz de Els Comuns, se mostraron dispuestos a abandonar la política de bloques.
Le toca ahora, y más tras la invitación de Torrent, a Junts per Catalunya y a Esquerra Republicana intentar la formación de un Govern que desee, realmente, pasar página, y con lo que se derogaría el 155, al margen de cómo afrontan las cuestiones judiciales que afectan a sus dirigentes.