El humorista Joaquín Reyes ha regresado a la primera plana informativa semanas después de ser noticia por cómo presentó la gala de los Goya junto a Ernesto Sevilla. En esta ocasión, sin embargo, no ha abierto la boca para protagonizar los informativos y los hilos de las redes sociales. Le ha bastado con un disfraz de Carles Puigdemont.
Los hechos son por todos conocidos. Reyes se encontraba en el Parque Europa de Torrejón de Ardoz rodando un sketch para el programa El Intermedio (La Sexta) cuando, de pronto, han aparecido seis agentes policiales y se han acercado “despacito” alertados por la llamada de un vecino que aseguraba tener frente a él al expresidente catalán fugado en Bruselas.
"Se olían la tostada"
"De repente, estamos grabando ya una de mis parrafadas manchegas y veía que el equipo se queda como un gato de escayola y dicen: ¡Ahí va! ¡Qué viene la Policía!. Y me giro y veo a seis agentes. Venían despacico: o no les hacía ilusión detener al expresident o se olían la tostada", ha relatado el humorista en El Hormiguero.
Ha asegurado que, después de la anécdota, han dado con el vecino delator, “un señor mayor” (según el portavoz policial), a quien han preguntado el motivo de su llamada al 091. “No está la cosa para bromitas”, ha contestado.
El 'sketch', el lunes
Este señor había avisado a la policía de la presencia de “mucha gente con banderas catalanas y gritando” y con el que parecía Puigdemont. Al llegar la patrulla, que siempre acude ante una llamada al 091, se han percatado de que era la grabación de un programa de televisión y se han marchado del lugar sin identificar a nadie.
La grabación del sketch, que se emitirá, según fuentes de la cadena el próximo lunes en "El Intermedio", se ha realizado en el Parque Europa de Torrejón de Ardoz porque allí hay una réplica de la escultura Atomium de Bruselas.
Homenaje a Forges
Reyes intervino con anterioridad en el programa de La Sexta Más vale y explicó que pasó "sustico" porque él estaba con sus "chuminadas manchegas" cuando vio la llegada de los agentes. Vieron que era un rodaje de Zanguangos, como se llama su sección en El Intermedio, se pusieron a reír y les dijo que no sería “su tarde de gloria”.
"La verdad es que visto de lejos daba el pego. Era tal cual: el pelazo, la mirada épica... Pero tanto como para llamar a la policía", se rió el humorista. "Parece un homenaje a Forges. Es todo un disparate. Ahora que está todo tan enconado, estas cosas del surrealismo nos vienen bien a todos", añadió.