La petición de cárcel (aunque eludible bajo fianza) para la secretaria general de ERC, Marta Rovira, formulada por la Fiscalía del Tribunal Supremo marca la línea de actuación del ministerio público respecto a aquellos otros dirigentes del soberanismo que participaron en lo que la Guardia Civil tilda de “comités estratégicos del independentismo”.
Según la policía judicial, uno de los miembros activos de dichos comités (al nivel de la propia Rovira) es Artur Mas, el expresident de la Generalitat, quien, según consta en tres de los principales informes de las autoridades, aparece mencionado con un papel “protagonista y determinante” en la toma de decisiones sobre el referéndum ilegal de 1-O.
Medidas cautelares
La posición de la Fiscalía puede ser criticable, incluso interpretable en múltiples cables, pero nadie duda de que se rige por un principio de uniformidad y coherencia desde el principio. Es por ello que los observadores judiciales coinciden en que al fiscal no le temblará el pulso a la hora de solicitar, si se tercia y en función del desarrollo del interrogatorio, alguna medida cautelar análoga a la impuesta a Rovira para Artur Mas.
El juez del Supremo está en absoluta sintonía con la línea argumental de la Fiscalía y, de momento, está separando explícitamente a aquellos que no tuvieron un papel decisivo en los comités estratégicos (como Mireia Boya) y los que, a tenor del informe Enfocats, sí tuvieron un papel relevante y directivo, como por ejemplo Marta Rovira. La primera quedó en libertad sin cargos; la segunda eludió la cárcel al asumir la fianza de 60.000 euros impuesta por Llarena. El magistrado tiene en la misma carpeta a Rovira y a Mas.