Fèlix Millet y Jordi Montull han recurrido este viernes la decisión del juez de enviarlos a prisión preventiva sin fianza por el caso Palau. El expresidente del Palau de la Música y su mano derecha han pedido la libertad y han acusado al tribunal de ser “arbitrario” y de basarse en conjeturas y prejuicios al valorar el riesgo de fuga, su principal argumento.
Los principales condenados por el saqueo de la institución y la financiación irregular de CDC a través de la adjudicación de contratos públicos a Ferrovial solicitan medidas cautelares menos gravosas, como comparecencias periódicas en el juzgado. Esto es lo que tienen que hacer los otros dos condenados a penas de prisión, la hija de Jordi Montull y exdirectora financiera del Palau, Gemma Montull, y el extesorero de CDC Daniel Osàcar.
El ejemplo de Urdangarin
Las defensas de ambos lamentan que no haya una instancia superior a la que recurrir –la única posibilidad es presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional– y que sea la Audiencia de Barcelona la que enjuició el caso y la que también ha dictaminado las medidas cautelares. En el escrito presentado consideran que la prisión preventiva sin fianza hasta que haya una sentencia firme, es un “anticipo en toda regla de la ejecución de la condena provisionalmente impuesta”.
De hecho, el abogado de Millet compara el caso de su cliente con el de Iñaki Urdangarin, condenado a seis años y tres meses de cárcel y en libertad a pesar de que reside en el extranjero. Ambos rechazan el riesgo de fuga: “¿De verdad no constituye arraigo estar durante 82 años residiendo en un mismo lugar?”, además de destacar que la mayoría de su entorno familiar está en Cataluña.
Cumplimiento con la justicia
Tanto Millet como Montull alegan que desde que empezó la instrucción de la causa hace nueve años, siempre han comparecido ante la justicia cuando se les ha requerido, que han confesado y que han depositado fianzas para reparar el daño causado. A esto, ambos condenados añaden el estado de salud.
“Si tener 82 años y tener médicamente acreditado un grave problema de movilidad ‘no pueden ser valoradas en sentido positivo, ni negativo’ de cara a un posible riesgo de fuga, no puede quedar más claro lo lógico, irracional o arbitrario del propio auto”, escribe el abogado de Millet, Abraham Castro. La defensa de Montull destaca la afección cardíaca de su cliente y la necesidad de respiración artificial.