La pugna por la presidencia de la Generalitat continúa entre convergentes y republicanos. La propuesta de Oriol Junqueras de un presidente simbólico que complemente a uno efectivo no ha gustado en el entorno de Carles Puigdemont, de momento el único candidato propuesto por el presidente del Parlament, Roger Torrent.
Desde el PDeCAT, Neus Munté ha rechazado la idea de Junqueras y ha defendido que Puigdemont es el único candidato posible a ser investido. En ERC, insisten en la doble presidencia. La número dos, Marta Rovira, ha instado a Junts per Catalunya a presentar una “fórmula para hacer efectiva la investidura” y a “no perder el tiempo”, después de que el martes se aplazara sin fecha la sesión del Parlament prevista.
Nombrar al Govern
Rovira, que hacía tiempo que no hacía ninguna comparecencia pública, considera que la formación de Puigdemont debería detallar la manera como quieren llevar a cabo una investidura que permita nombrar a los consellers, publicar decretos en el DOGC y firmar decretos efectivos “al minuto siguiente”. Aunque ha hecho un llamamiento a los partidos independentistas a no alargar la situación de bloqueo, también ha defendido que no hay que cerrar enseguida una “estrategia sólida” y “sin improvisaciones”.
Munté, por su parte, ha dudado de la utilidad de una presidencia simbólica: “No sé qué significa o qué puede significar, pero insisto en que el candidato a ser investido en Puigdemont. Tenemos que hacer esta investidura y seguir los pasos con la máxima normalidad”, ha dicho en una entrevista en 8TV. Sí coincide con ERC en la necesidad de tener un Govern “de forma inmediata que actúe desde el minuto uno y de forma efectiva”.
Sin consecuencias penales
La número dos de ERC ha puesto una condición a la investidura. En una entrevista en la Agència Catalana de Notícies (ACN) ha dicho que "para nosotros es fundamental que la investidura no implique improvisaciones, que no se haga sin garantías, que sea efectiva y que no implique consecuencias penales para muchísima gente".
De esta manera, muestra la línea que seguirá el partido republicano ahora: la legalidad.