Argumentos y conversaciones, y familias convencidas de que actúan por el bien público. La determinación de una serie de centros de secundaria del Eixample de Barcelona para aplazar la puesta en marcha de un nuevo centro, el Angeleta Ferrer, ha sido clave para que el Consorcio de Educación de Barcelona haya tomado la decisión: no se forzará la apertura para el curso 2018-2019.
Se trata de una decisión que respeta los programas de integración, y, por tanto, en contra de la segregación escolar, que han impulsado en los últimos años institutos como el Pau Claris o el Fort Pius. La fuerte demanda en el distrito barcelonés del Eixample se atenderá con dos grupos adicionales en estos dos mismos institutos.
El Consorcio defiende que siempre trabaja con la voluntad de lograr “amplios consensos con la comunidad educativa para implementar sus actuaciones”. Y es que admite que “la opinión contraria al avance de la puesta en marcha del Angeleta Ferrer de diversos agentes que conforman esta comunidad educativa ha sido clave para tomar la decisión”.
No se trata de una decisión burocrática sin otra explicación. Una serie de familias apostaron por llevar a sus hijos a centros de secundaria con un gran porcentaje de inmigrantes. La integración ha dado resultados, y se temía que la apertura de un instituto desviara a alumnos que pueden acogerse en esos centros, como el Pau Claris, sin romper, por tanto, los programas educativos iniciados hace unos años.
Tras la estela de Rosa Sensat
El Angeleta Ferrer --es el nombre de la hija de Rosa Sensat, educadora reformista que fue crucial en la comunidad educativa de las primeras décadas del siglo XX en Cataluña-- está destinado a formar parte de la red de Nova Escola XXI, un proyecto educativo que se considera de vanguardia, y que podría atraer a los hijos de las clases medias de esa zona de Barcelona, que optan por modelos singulares que no pasan por las aulas de centros con enormes porcentajes de inmigración. Quien más ha pedido ese nuevo centro es la escuela Els Encants.
Se trata de impedir, por tanto, la segregación escolar, que el propio Síndic de Greuges ha advertido como un peligro muy serio en el sistema educativo de Barcelona.
Con la comunidad educativa, el Consorcio de Educación de Barcelona, participado en un 40% por el Ayuntamiento de Barcelona y por el 60% por la Generalitat, se había comprometido a completar esos planes de integración, y abrir el Angeleta Ferrer para el curso 2020-2021. Por ahora ese calendario sigue vigente, o, por lo menos, no se anticipa al curso 2018-2019, como, en los últimos meses, se había comunicado a las familias interesadas.
Segregación escolar latente
En el fondo del debate existe una diferencia sustancial en el modelo educativo, con la irrupción de los planes de innovación escolar, que se plantean desde Nova Escola XXI y que choca, según la comunidad educativa, con la voluntad de asegurar la integración escolar.
El Consorcio da la razón, por tanto, a lo que ya había pedido el Consejo Escolar Municipal del Eixample, cuando aprobó formalmente “pedir al Consorcio retirar la propuesta de avanzar la apertura del instituto Angeleta Ferrer en módulos --mientras finalizan las obras-- el próximo curso 2018-2019, mientras se trabaja para asegurar el edificio definitivo lo antes posible”.