La primera, en la frente. Los convergentes, los que mantienen siempre la máxima vigilancia sobre aquellos puestos determinantes en la Administración, han vuelto a adelantarse a ERC.
Brauli Duart, un hombre de confianza de Francesc Homs, recuperó este miércoles el mando en la CCMA, el organismo de gobierno de los medios públicos de la Generalitat, TV3 y Catalunya Ràdio. Se había retirado por una enfermedad en marzo de 2016, y, como presidente, había delegado sus funciones en la secretaria del consejo de la CCMA, Núria Llorach, que fue nombrada como vicepresidenta.
Duart se mantuvo durante todo este tiempo como consejero, con un sueldo de 105.061 euros brutos anuales. Ahora, tras el consejo de gobierno de la Corporació, celebrado este miércoles, Duart recupera el puesto de Llorach, como vicepresidente, mientras que ésta vuelve a su anterior responsabilidad como consejera-secretaria. ¿Qué se proponen Duart y los convergentes del PDeCAT justo en el inicio de la legislatura?
Los republicanos abrieron los ojos como platos. ¿Cómo? De hecho, la práctica totalidad del consejo de la CCMA, formado por seis miembros, está caducado. Justo cuando se había consensuado, a finales de julio de 2017, un acuerdo para que la Generalitat renunciara al control sobre los medios públicos, con la idea de que se recupere la ley de 2007 que se basaba en la elección de los consejeros por mayoría de dos tercios en el Parlament, y a propuesta de un mínimo de tres grupos, Duart asume otra vez la dirección.
Una grieta legal
Los servicios jurídicos de los partidos se pusieron la misma tarde de este miércoles en marcha. Y se lanzó una primera interpretación, según fuentes parlamentarias: la posibilidad de que Duart busque una grieta legal para que, ahora como vicepresidente, pueda seguir mandando en la CCMA. Y es que se asegura, en concreto, a través de un comunicado, que "Brauli Duart volverá a asumir las funciones de presidencia de la CCMA, después de que el consejo de gobierno le haya nombrado vicepresidente".
Eso se considera, sin embargo, muy difícil, porque tanto el PDeCAT como ERC querían esta vez llegar a acuerdos globales sobre todo lo relacionado con la comunicación, los medios públicos y las responsabilidades internas en la Generalitat.
La decisión del consejo de gobierno de la CCMA llegó el mismo día en el que se elegía al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, y se establecía un pacto para que se proponga –ya se verá si es posible— la elección de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Se trata de toda una declaración sobre el poder por parte de los convergentes, que siempre dejan a Esquerra un paso por detrás.
¿Se acabó la designación a dedo?
Lo que se busca esta vez, por parte del bloque independentista que tiene mayoría absoluta –junto a la CUP— en el Parlament, es evitar el bochorno de los nombramientos cruzados: tú a TV3, yo a Catalunya Ràdio. Según ese esquema, con la designación a dedo por mayoría simple del consejo de gobierno de la CCMA, el PDeCAT apostó por Vicent Sanchis en TV3, mientras que los republicanos hacían lo propio en Catalunya Ràdio con Saül Gordillo.
Aquel principio de acuerdo, el pasado julio, impide esa práctica, pero se verá si se acaba implementando. La voluntad de las dos formaciones independentistas es acordar de forma global, sin repartirse influencias, los miembros de la CCMA, del CAC –Consell Audiovisual de Catalunya— y las responsabilidades de comunicación en la Generalitat.